El perdón es el punto de partida

“Yo tampoco te condeno, anda y no peques más”

¿Alguna vez has intentado “construir puentes” con quien no quería?
¿Qué hace falta para ser como el dibujo de la derecha?

Sin embargo es el modo de hacer las cosas según la opinión de Jesús:

“Jesús se dirigió al monte de los Olivos.  Por la mañana volvió al templo. Todo el mundo acudía a él y, sentado, los instruía.  Los letrados y fariseos le presentaron una mujer sorprendida en adulterio, la colocaron en el centro, y le dijeron: —Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés ordena que dichas mujeres sean apedreadas; tú, ¿qué dices?  –decían esto para ponerlo a prueba, y tener de qué acusarlo. Jesús se agachó y con el dedo se puso a escribir en el suelo. Como insistían en sus preguntas, se incorporó y les dijo: —Quien de vosotros esté sin pecado tire la primera piedra.  De nuevo se agachó y seguía escribiendo en el suelo. Los oyentes se fueron retirando uno a uno, empezando por los más ancianos hasta el último. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí de pie en el centro.  Jesús se incorporó y le dijo: —Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?  Ella contestó: —Nadie, señor. Jesús le dijo: —Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante no peques más.” (Jn 8, 1-12)
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