Ya no es lo mismo

Hermanos y Hermanas, (Mail de Chile, 14 de abril de 2013)
Les envío el testimonio de uno de los adultos que nos acompañó en la 1 jornada de Pastoral Vocacional Menesiana con los Jóvenes de Llay2 y Culiprán en Santiago.

Un abrazo, Oscar  (H. misionero)

«Eran las 18:30 hrs. después de buscar la entrada por fin ya estábamos frente a una puerta que decía: Casa de acogida Sta. Clara de Asís ..Al entrar un niño corría inalcanzable por todos lados, llega una niña con cara de «¿Qué hacen aquí «…después de las presentaciones oficiales nos insertamos en otro mundo, un mundo que muchas veces vemos en algún reportaje de la tele, en total éramos seis… un pequeño recorrido por la casa y nos dejaron con los niños, cada uno en su mundo, algunos mas conscientes y otros simplemente mirando un punto infinito sin dar tregua a saber a ciencia cierta que es lo que siente o piensa. Las chicas se entretienen con unos que hacen las tareas, Yo me quedo jugando con Isidora, una niña de tres años con síndrome de Down… María Paz de unos 8 años, es la que nos va indicando cada cosa… sabe todo el manejo de la casa, Blanca llama la atención peleándose con otro chico, y nuestro amigo maratonista sigue corriendo de un lado para otro.
Llega la hora de la comida, vamos al comedor y entre el revuelo que se armó con las visitas van comiendo una sopa de carne y papas con ensalada de tomate, cómo es de esperar los niños querían arrumacos (abrazos…), así que cada uno le ayudó a dar de comer, es en este momento cuando se hace notar Bruno, que te roba el corazón con las risas al oír que cantábamos una canción, él no puede caminar solo por una malformación en sus pies y tiene que usar unas gafas que unta en la comida para ver mejor…
Cómo es Viernes y hay visitas les dejan un poco mas tiempo antes de dormir, empezamos a jugar con la pelota, algo tan simple para uno pero para ellos tan especial, todo es alegría, cuando ya les teníamos medio mareados de tanto dar vueltas llegó la hora del baño, Bruno quiere que lo bañe… y ahí vamos, a pesar de su discapacidad me decía que él sabía hacerlo sólo… pero nada, lo tomé en brazos y en un dos por tres estaba en la ducha, las chicas hacían lo mismo con las pequeñas de la casa… ya bañado y perfumado… ¡a la cama !… Por supuesto que nos costó convencerles de que ya era tarde y que había que descansar y ahí estaba María Paz dando indicaciones de como acostar a Luciano- él es parapléjico- la orden era: Baja la reja de la cama-cuna, prepara la cama, tómalo en brazos, súbelo a la cama, sácale las zapatillas, arrópalo y sube la reja. Luciano como puede se aferra de los barrotes de su cama y se acomoda y sigue mirando al infinito… Bruno no quiere que le apaguen la luz, el maratonista sigue corriendo… las hermanas nos llevan a la sala donde están los bebés… poco a poco se tranquiliza todo… es hora de volver a casa.
Por unas horas compartimos con ellos, se quedan grabadas sus risas y sus incansables ganas de jugar y abrazar, a ellos la vida les ha tocado duro… muy duro, tienen discapacidades físicas, mentales, sus padres les han abandonado o ya no están, y además de todo eso, les han dejado una herencia que hace su carga mas pesada en su cuerpo y en su vida…Son niños con VIH.
Salimos a la calle… sin duda, que ya no es lo mismo.»
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