No te rindas, estás acompañado

¿Recuerdas alguna ocasión en que has deseado «rendirte»? ¿Algún momento en que has sentido que no merecía la pena…? ¿Qué te ayudó a seguir?
Un día Juan María  escribió esto en una carta:

«Varias veces, agotado por el cansancio, he estado a punto de pararme en el camino y dormirme, como esos viajeros a quienes un frío mortal coge entre la nieve; pero al fin la mano de Dios me ha despertado, animado, sostenido, y los dos hermanos, apoyándose el uno en el otro, han llegado, bien que mal, al fin que nos proponíamos alcanzar» (JMª)

¿Qué te sugiere? Ninguna mano mágica nos ayuda, pero siempre podemos sentir una fuerza interior que nos anima y sostiene o un hermano que nos apoya y acompaña.

 

Share Button

Defiende lo que te parece correcto

«Ser íntegro», no se estila mucho hoy esta expresión ¿cómo llamáis entre vosotros a una persona cuando consideráis que es fiel a su forma de ser, honesta, coherente… tanto si otros van a saber lo que hace como si nadie se va a enterar? ¿Es fácil ser así?

Me-note: ¿Qué pensáis de estas personas?

Share Button

Solo el amor puede cambiar las cosas

¿Hay algo que desearías cambiar de ti? ¿Algo que no te hace bien y sin embargo una y otra vez se repite sin que puedas evitarlo?

El Evangelio de ayer no quiere enseñar que Jesús ha venido a salvar, a ayudar, a trasformar… lo que parece que no tiene solución. Él nos propone un «truco», es un truco tan simple como difícil, es el doble camino de sabernos amados y decidir amar a los demás siempre. Ante las situaciones que parece que no pueden cambiar nos anima a confiar y poner amor: a confiar en nosotros y amarnos, a confiar en los demás y amarles (a pesar de todo). Ese es su truco, su camino para que por fin las cosas puedan cambiar.

Me-note: ¿Qué opinas de este «truco»?¿Te parece válido para las situaciones que te tocan vivir?

Share Button