La línea

 «Ia egunero telebistak eta egunkariek goseari, gerrari, bestelako arrisku larriei ihes egiten dieten errefuxiatuen berri ematen dute, segurtasun bila eta euren buruentzako eta familientzako bizitza duin baten bila. Jesus bakoitzean dago, ihes egitera behartuta, salbatzeko. Bere aurpegietan Kristoren aurpegia ezagutu behar dugu, gose, egarri, biluzi, gaixo, kanpotar eta espetxeratua, tartean sartzen gaituena» (Frantzisko Aita Santua).

Intenta, solo intenta por un minuto, solo un minuto
ponerte en su lugar, su lugar.
¿Qué sientes, dime qué sientes
para lanzarte a las concertinas,
saltar la valla, trepar el muro,
tirarte al mar, tirarte al mar?
¿Qué oyes, dime qué oyes en la oscuridad?.

Ha nacido entre unas paredes de paja y adobe.
La piel es de noche, el blanco en sus ojos el faro que guía.
Una bomba constante en la nuca, estómagos de aire.
El futuro una broma macabra, miradas perdidas.
Su suelo es la tierra que pisa, su techo una estrella.
Ahorros de toda una vida, un viaje sin garantías.
Los recursos de tu continente llenando mi copa fría.
Enfrentarse a la muerte como única salida.

No solo mata el que asesina,
también arrebata la vida quien deja morir.
¿Quién dibujo esa línea que separa a tu alma de la mía?
¿Quién decidió darle solo a una valor?

Mutilada el alma y la carne, sonrisa de sangre.
Amarrada a la vida que brota entre miseria y hambre.
Ay, pobre del pueblo que ignora su herencia migrante.
Caprichosa es la rueda que gira en la historia de la sociedades.
No se puede frenar la corriente del río que baja,
cuando lo que motiva a seguir son las ganas de sobrevivir.
Un pasaporte fantasma que no vale nada.
Una huella sin dignidad a las puertas crueles de un país.

No solo mata el que asesina,
también arrebata la vida quien deja morir
¿Quién dibujo esa línea que separa a tu alma de la mía?
¿Quién decidió darle solo a una valor?

Ay, rai-rai-rai-ra
¿Quién decidió darle solo a una valor?

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