¡Qué bonito sería!

El telediario ha presentado la noticia de este niño con parálisis cerebral y la capacidad de cantar. Además podemos alegrarnos con su sonrisa y admirarnos con la grandeza de su madre, capaz de reconocer tanta belleza y poner tanto cariño en este hijo. Ojalá sepamos descubrir «lo bonito» en aquello que no es tan atractivo, que se nos hace duro, que nos echa para atrás…

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=PyYN0cGouZg]

¡ Éres únic@ ! «Rara avis»

Cada uno de nosotros somos seres únicos, excepcionales, aunque a veces eso nos haga sentir «raros» o incómodos. El cariño de otros nos hace sentir lo valiosos que somos, perderlo puede hacernos sentir lo contrario, pero seguimos siendo igual de valiosos.

Una alumna de secundaria ha insistido en mandaros este escrito con esta canción, gracias:

«A veces las relaciones que tenemos con una persona se rompen y nosotr@s pensábamos que iba tan bien…  ¿por que se estropea ? Y nos quedamos sin avanzar preguntándonos preguntas que no sirven para nada por que la otra persona no va a volver por que ya ha pasado página. Tu eres muy guap@ así que tranquila no te veas rar@ por un relación sin salida. Hay muchos peces en el mar  ya encontraras a alguien que te quiera de verdad por eso «vuelvo a ser la rara» es una canción preciosa de Sweet California.  Y tranquila que no eres la única que se siente o se ha sentido así.»

[youtube=https://www.youtube.com/watch?v=KMVzZ9056SA]

«Puede que no sea la mejor, pero soy yo,
con mis noches y mi sol estés tú o no conmigo»

 

Nadie te ama como yo.

Hoy es un día especial, quizá conozcáis este miércoles como el «miércoles de ceniza». Con él comenzamos un tiempo también especial. Cuarenta días para comprender algo, para darnos cuenta de algo, para sentir algo… Estos dibujos y esta canción tratan de hablarnos de ellos.   Os deseamos una enriquecedora CUARESMA.

[youtube=https://www.youtube.com/watch?v=IX3cpPvPhPc]

Ser sencillo es mejor que ser especial

Es un gran paso para la mente no querer ser especial, ni tratar de ser mejor que otros. Es mucho más beneficioso colaborar. Uno debe aprender a conocerse, descubrir cómo es, cuáles son sus problemas y cómo resolverlos, qué cualidades y capacidades tiene, qué puede ofrecer a los demás…, pero esto nada tiene que ver con el deseo de ser especial.

Querer ser especial tiene mucho que ver con intentar sentirse fuerte, con buscar la valoración de los demás o, incluso, con buscar sentirse superior. Todo ello no es más que una búsqueda infructuosa de seguridad, una reacción al temor, consciente o inconsciente, a sentirse inferior frente a otros.

Buscar ser especial surge de un temor

Todos somos valiosos, nadie es inferior. Si se comprende que tratar de destacar surge del miedo a ser menos, y que el miedo se puede aprender a resolver, entonces se puede acabar también con la comparación, la envidia, el sentirse menos que los demás, el tratar de sentirse superior, el orgullo…, procesos todos ellos que generan mucho sufrimiento y embotan la mente.

La sencillez es inteligencia

De modo que, cuando la búsqueda por ser especial se acaba, sobreviene una gran serenidad, la mente se torna tranquila y sencilla. Y la sencillez y la inteligencia, que van de la mano, que son una misma cosa, nos ayudan a resolver el afán de competir, de luchar, con uno mismo y con los demás. Y cuanto menos se compite, más se aclaran las ideas, y más profundamente se comprenden la vida y la realidad. Se aprende a colaborar y a buscar el bien común, lo que supone aunar el beneficio propio y el de los demás.

Ser sencillo no es ser triste, ni privarse de cosas, ni experiencias, ni ser austero…, es vivir aprendiendo con gran intensidad, vivir con inteligencia, donde la motivación es cada vez más correcta y nos reporta bienestar y profundidad.

Una mente en constante aprendizaje

Para alcanzar este estado de la mente, en continuo aprendizaje, debemos resolver el conformismo, la ira, la lucha, el odio, la competición, la resignación. No debemos tratar de tener razón, sino poner todo nuestro interés en comprender. No debemos rendirnos ante las dificultades, externas e internas, por el contrario, cualquier dificultad debe ser explorada, investigada con el fin de comprender aquello que aún no entendemos, y descubrir soluciones eficaces e inteligentes. Cuando uno hace esto, la sencillez, la empatía, la honestidad, el sentido de colaboración, el afecto, la alegría, la bondad y la inteligencia surgen como una misma cosa inseparable. Y la vida cobra un sentido por completo diferente.