Junto a María

Cantamos y rezamos con esta canción que nos habla de que queremos estar junto a María, como niños y niñas pequeños que al sentirnos a su lado estamos felices, alegres, protegidos y queridos.
Si la escuchamos un par de veces seguro que luego, o mañana la podríamos cantar juntos.

 

 

Aleluya, alegría: es Pascua

Hoy vamos a hacer esta ORACIÓN de Pascua.
Organizamos primero cómo vamos a hacerla (cada estrofa la hace los alumnos voluntarios que quieran, nos repartimos en dos grupos y cada grupo va alternando al hacer las estrofas…)

Padre Dios:
He aprendido la palabra Aleluya,
que significa alegría,
y que es la palabra que más repiten
los cristianos en el tiempo de Pascua.

Alegría porque Jesús resucitó.
Alegría porque todos resucitaremos.

Alegría porque la vida siempre gana sobre la muerte.
Alegría porque, igual que en la primavera,
todo lo que aparecía muerto en el invierno,
resulta que vive con mucha más fuerza que antes.

Alegría, que es de todos porque es para todos.
Alegría por dentro y por fuera.

Gracias, Padre, por haber resucitado a Jesús!
Y gracias porque sabemos
que nos resucitarás a todos nosotros.

Me voy a fijar en todas las canciones
que se cantan en este tiempo
y voy a lograr cantar ALELUYA con todas mis fuerzas
contagiando a todos mi propia alegría.

Vivir alegres y en paz

Hace unos meses celebramos el nacimiento de Jesús en Belén, celebramos la Navidad.
Jesús fue creciendo y aprendiendo de sus padres, José y María viviendo en su pueblo de Nazaret.

Cuando tenía unos 30 años comenzó a enseñar en todos los pueblos la “Buena Noticia de parte de Dios”. Que Dios nos ama y quiere que seamos felices. Que hay muchas injusticias en el mundo y debemos ayudar a que los que menos tienen puedan vivir dignamente y ser también felices. Que todos somos hijos de Dios y hermanos, que debemos amarnos, ser buenos y perdonar a los que nos hacen daño. Que debemos ser generosos con quienes necesitan de nuestra ayuda.

Jesús reunió un grupo de amigos que le seguían de aldea en aldea y también anunciaban la “Buena Noticia de parte de Dios”. Durante tres años fueron recorriendo toda la tierra de Galilea y Judea y participando en las fiestas de los judíos en Jerusalén, la capital.

Una de las veces que fueron a Jerusalén, para celebrar la Pascua, Jesús entró a la ciudad montado en un burro. Toda la gente estaba muy feliz de verlo recorrer las calles. Lo aclamaban, lo aplaudían y movían ramas de palma y de olivo en señal de alegría. Todas las personas lo amaban mucho y le decían:
¡Hosanna al hijo de David!

Sin embargo, los dirigentes religiosos de Israel se pusieron furiosos, porque Jesús decía que era el hijo de Dios y no soportaban que la gente amara y siguiera tanto a Jesús. Y comenzaron a pensar cómo apresarlo para poder matarlo sin que la gente se rebelara contra ellos.
Decían: “¡Todos van detrás de él. Debemos hacer algo para impedir que el pueblo lo siga!

Una noche en que Jesús reunió a sus amigos para cenar con ellos (él sabía que iba a ser la última cena con ellos antes de que lo mataran) les dijo: Tomad y comed de este pan, porque desde hoy, cada vez que lo hagáis en recuerdo mío este pan será mi Cuerpo. Tomad y bebed este vino, porque desde hoy, cada vez que lo hagáis en recuerdo mío este vino será mi Sangre.

Uno de sus amigos lo traicionó y dijo a los dirigentes religiosos de los judíos: ¿qué me dais si os lo entrego?
Ellos le ofrecieron 30 monedas de plata y así fue como apresaron a Jesús…
Esos dirigentes llevaron a Jesús a las autoridades romanas, que eran quienes podían condenar a muerte a las personas que cometían algún delito.
Aunque Jesús no había hecho nada malo, lo condenaron a muerte y lo crucificaron, que era una forma de morir muy dolorosa.

Sus discípulos huyeron de miedo al ver que habían matado a Jesús…

Pero Dios, el Padre Bueno, al que Jesús llamaba “Abba” (Papá) resucitó a Jesús, lo devolvió a la vida.
Pasaron cosas extraordinarias:
– Unas mujeres fueron a llevar perfumes a la tumba de Jesús, pero vieron que la piedra que cerraba estaba movida.
– Unos ángeles se les aparecieron y les dijeron que Jesús ya no estaba allí, que había resucitado.
– El mismo Jesús se apareció a otra mujer, que se llamaba María, pero ella no lo reconoció…
– Dos discípulos fueron a ver el sepulcro y se encontraron las vendas con las que envolvieron en cuerpo de Jesús en el suelo…
– Dos de sus discípulos se volvían a su pueblo, desanimados, y en el camino se encontraron a uno que se puso a caminar con ellos… Ya en casa, al cenar, el desconocido bendijo el pan y se lo repartió. Entonces recordaron que eso mismo había hecho Jesús en la Última Cena y se volvieron a contárselo a sus compañeros.

Hasta que Jesús mismo se les apareció a todos reunidos y les dijo: ¡Alegraos!, ¡No tengáis miedo! No veis que estoy vivo…
Aunque estaban muy contentos con esas palabras algunos dudaban de que Jesús estuviera vivo de verdad y hubiera resucitado… por eso el mismo Jesús se les apareciendo varias veces para decirles: “Soy yo, estoy vivo y quiero que viváis alegres y en paz”.

Buen pastor, como Jesús

En el Evangelio de este domingo próximo nos dice Jesús:
«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.
Yo y el Padre somos uno»

Hoy agradecemos a Jesús que nos cuide con cariño…
También le pedimos por “todas sus ovejas”, por toda la Iglesia, y por el nuevo “Pastor”, Robert Prevost, Papa León XIV, que va a cuidar de todos, al estilo de Jesús…

Hacemos un rato de silencio y oración interior por nuestros “pastores” hoy: por nuestros padres, nuestros educadores, los sacerdotes de nuestra parroquia.
Si ya tenemos un nuevo Papa hacemos una oración por él diciendo su nombre…

 

Te regalo mi paz

LOGO HARA

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 MÚSICA: La lista de Schindler

Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida.
Cerramos los ojos y nos preparamos para hacer las respiraciones.
Inspiramos suavemente. Inspiramos en 1, 2, 3 y 4. Lentamente soltamos en 1, 2, 3 y 4.
Cogemos aire otra vez en 1, 2, 3 y 4 y soltamos en 1, 2 ,3 y 4.
Inspiramos profundamente y soltamos el aire poco a poco.

Ahora nos preparamos para hacer la siguiente visualización:

Imagina que eres como un árbol que va tomando agua por sus raíces.
Tienes los pies bien pegados al suelo. Mueve los dedos de tus pies, como que estuvieras tocando las teclas de un piano y concéntrate en ellos.
Eres como ese árbol que necesita ser regado…
(pausa)

Imagina la humedad en la punta de los dedos de los pies y nota como un líquido te va llenando, va entrando suavemente y te va transformando.
Llena la planta de tus pies y va llenando tus tobillos, rodillas, tus piernas enteras,…

Siente como el frescor, la fuerza, este líquido lleno de vida de va inundando poco a poco.
Como si una ola de vitalidad y cariño te fuera llenando y transformando.
Siente como te llena hasta la cintura, el pecho…
(pausa)

Siente cómo el agua fresca llega a tus hombros y baja llegando tus brazos hasta llegar a tus manos y ruega cada uno de tus dedos.
Siente como esa agua fresca sube por tu cuello e llena tu rostro y toda tu cabeza.
Siente todo tu cuerpo inundado, habitado, siéntete lleno de fuerza y de vida.
Notas una ilusión especial para afrontar el día, repleto de paz y de cariño y quieres que esa ilusión llegue a otra gente.

Piensa en alguna persona especial a quien vas a tocar con el dedo para pasarle ese agua fresca y que se llene de paz.
Puede ser alguien de tu familia (tu madre, tu padre, abuelo,…). Puede ser un amigo, algún compañero de clase… Con tu mano vas a tocar su mano y, al tocarle, le vas a llenar de la paz que tú tienes ahora
Observa su rostro feliz y su mirada agradecida.

Para compartir
¿Cómo me he sentido?
Puedo compartir a quién he regalado mi paz… y por qué

 

 

María, mírame

Hoy seguimos dando gracias por María.
Caminamos de su mano para ser amigos y seguidores de Jesús.
Hoy la pedimos a María, en especial, que ayude a todos los Cardenales que se reúnen para elegir al nuevo Papa, que sucederá a Francisco, al que agradecemos, de nuevo, todo lo que ha hecho por la Iglesia en estos 12 años…

Y lo hacemos con esta bonita canción: “María, mírame”

 

María, la madre de Jesús

¡Seguimos dando gracias a Jesús por nuestras madres!
De ella hemos recibido la vida…

Hoy recordamos a María, la madre de Jesús y le agradecemos su disponibilidad para aceptar lo que Dios la pedía…
Y lo hacemos con este vídeo de animación, que nos recuerda el momento importante en que María dijo “Sí” a Dios.

Después hacemos juntos la oración: AVE MARÍA

Dios te salve, María, llena eres de gracia,
El Señor está contigo,
bendita tu eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 

 

Gracias mamá

Ayer, domingo, celebramos el Día de la Madre.
Hoy queremos decirles a todas nuestras madres:

Querida mamá: ayer celebramos con mucha alegría el «Día de la Madre»
aunque realmente, no creo que nadie en este mundo pueda imagina un día en el que no seáis las más especiales y merecedoras de toda distinción.
Gracias por pensar en mí, por desearme y darme la vida.
Gracias por esas noches en vela, por esa atención cuando era sólo un bebé,
por acompañarme cada día en mis aventuras y desventuras, en mis alegrías y en mis preocupaciones.
Sin reproches, sin esperar nada, sin exigir nada.
Sólo por ese amor que tú me puedas dar.
Gracias por enseñarme a ser libre para alcanzar la felicidad, por empujarme a conseguir mis sueños y por estar ahí para recogerme cuando esos sueños se tornaron en pesadilla.
Gracias por enseñarme el valor de la confianza, de la lealtad y del esfuerzo.
Por mostrarme que ser auténtica no significa ser arrogante, sino estar abierta a los demás.
Gracias por darme a mi familia y por ser tan generosos y llenar mi vida de alegría con mis hermanos.
Gracias por hacerme saber y entender que jamás estaré sola.
Gracias por escribir a escondidas el guion de mi vida, discreta y sigilosamente.
Por enseñarme a disfrutar, a reír, a llorar, a rezar.
Por todo, mamá. ¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!

Y escuchamos ahora esta canción: “Para mamá” que canta la niña Lucia Torres con Amanda Digón

 

 

 

Jesús aprendió de José el valor del trabajo

Hoy despedimos este mes de abril. Hemos disfrutado con un mes de lluvias y de sol. Hemos celebrado la Semana Santa y la Pascua. Hemos podido disfrutar más de nuestra familia con los días de vacaciones
Agradecemos esta mañana todo lo que hemos vivido…
Dejamos un minuto en silencio (podemos cerrar los ojos…) para recordar algo bonito de este mes y dar gracias a Dios Padre por ello…
(Pausa)

Y mañana es la fiesta del 1 de mayo.
Es la Fiesta del Trabajo y por eso recordamos a todos los trabajadores, para que sean felices en su trabajo.
También recordamos a las personas que no tienen trabajo, para que puedan encontrarlo pronto.

Los cristianos también celebramos mañana una fiesta muy importante y bonita: San José Obrero.
San José, esposo de María y padre de Jesús es el “Patrono de los trabajadores” porque era carpintero y con su trabajo colaboró a sostener la casa de la Sagrada Familia.
Jesús aprendió de José el oficio de carpintero y le ayudaba en sus tareas.

 

La Pascua ya llegó

¡Jesús resucitó, la Pascua ya llegó!
Jesús vive y tenemos que anunciar que él es luz y vida nuestro camino.
Por eso nos alegramos y disfrutamos con esta canción. “Vive”, de Unai Quirós, con los dibujos de Fano.

Después de la canción rezamos juntos esta ORACIÓN:

Jesús, hermano y amigo nuestro,
tú has resucitado y vives para siempre.

Llénanos con tu paz y tu alegría,
para que nuestra vida sea un reflejo de tu vida.

 Que todos los que nos vean sepan que tú has resucitado,
que estás vivo para siempre. Amén