Junto a mí, junto a ti

MODALIDAD   Visualización     Evaluación Hara

MÚSICA   (Ludovico Einuardi – Run)

Postura básica sentados. Sentimos nuestra respiración… Sentimos el ligero peso de la lengua dentro de nuestra boca…

Os invito a imaginar que a vuestro lado hay una silla vacía…
Después de un tiempo, llega alguien y se sienta en la silla, a tu lado. Se trata de alguien especial, una persona a la que quieres mucho y que te quiere a ti. Siente el agrado de tener a esa persona cerca y en tu interior. Pensando en esa persona, interiormente repite estas frases.

– Deseo que te vaya bien.
– Deseo que la ilusión te acompañe en el camino.
– Deseo que la paz te habite siempre.
– Gracias por haber llegado a mi vida.

Esa persona se va, deja la silla vacía y te puedes imaginar que llega alguien nuevo. Esta vez es un compañero de clase… se sienta también a tu lado… Imagínate junto a el y dile estas frases:

– Deseo que te vaya bien.
– Deseo que la ilusión te acompañe en el camino.
– Deseo que la paz te habite siempre.
– Gracias por haber llegado a mi vida.

Este compañero también se aleja y ahora llega otra persona, se sienta a tu lado. Esta vez se trata de alguien que te cuesta más. Una persona con la que tienes dificultades de relación. Piensa quien puede ser… Está a tu lado en la silla. Te invito a que le digas las siguientes frases:

– Deseo que te vaya bien.
– Deseo que la ilusión te acompañe en el camino.
– Deseo que la paz te habite siempre.
– Gracias por haber llegado a mi vida.

Por fin se retira también esta persona. Te quedas solo y sigues unos segundos en silencio, sintiendo tu respiración. Agradeciendo el momento.

Finalizamos.

Anotamos  ¿Cómo me he sentido, ya sea al dar o al recibir el masaje?

PARADOJA

Paradoja es una canción de Martín Valverde, recogida en su disco: “Íntimo”.
Martín es un cantautor cristiano que nació en San José (Costa Rica). Se educó con los salesianos. Ahora vive en México y colabora en la capacitación de músicos para la evangelización y en la formación de líderes juveniles en la oficina latinoamericana de Evangelización.

¡Qué bueno!
Que al final… nada salió como esperabas,
que no todo pasó como soñabas, que no todo caminó.

¡Qué bueno!
Que la vida te haya puesto tantas trabas,
que no fuera fácil alcanzar tus metas, que no todo se te dio.

¡Qué bueno!
Si no, nunca hubieras conocido
toda la fuerza que tienes contigo y de lo que eres capaz.

¡Qué bueno!
Que el amor tomara, tantas lágrimas
que descubras con dolor cuanto que te falta, aprender lo que es amar.

¡Qué bueno!
Que la muerte fuera parte de tu vida,
que supieras donde tienes tus heridas, y cómo está tu corazón.

¡Qué bueno!
Si no, no hubieras entendido
que ser débil no es ningún motivo, para que no seas feliz.

¡Qué bueno!
Qué bueno que con Dios tuviste tus peleas,
que te fallaron los que son iglesia, que tu fe, fuego pasó.

¡Qué bueno!
Que caíste hasta tocar el fondo,
que descubres al final de todo que eres humano como yo.

¡Qué bueno!
Porque ahora sabes que mejor es no juzgar;
que frente a Dios nunca nos servirá un disfraz, para recibir su amor.

¡Qué bueno!
Que al final de sumas y de restas,
la paradoja que es la vida nuestra, se nos permitió vivir.

¡Qué bueno! ¡Qué bueno!

Una palabra que nace del alma

MODALIDAD    Relajación pasiva        Evaluación Hara

MÚSICA     Enrique Granados – Danzas Españolas – Oriental

GUIÓN  (Herbert Benson)  Instrucciones sencillas para conseguir la relajación:

Sentarse o estirase en silencio en una postura cómoda.

Cerrar los ojos.

Relajar a fondo todos los músculos del cuerpo dejándolos «sueltos», apoyados en la superficie donde nos encontremos, como si tuviéramos la sensación de que esa parte nos pesara más de la cuenta. Iremos transmitiendo esa sensación al cuerpo recorriéndolo poco a poco

Empezar por los pies, pensar que nos están pesando, que se apoyan libremente sobre el suelo, avanzar lenta y progresivamente esta sensación de pesadez con el resto del cuerpo: las piernas, las manos, los brazos, el abdomen (sentir que toda la espalda se apoya relajadamente sobre el respaldo de la silla) y así hasta los músculos de la cara. Mantenerlos relajados.

Respirar por la nariz. Tomar conciencia de la respiración. Al aspirar, decirse a sí mismo la palabra «uno», luego «dos», y así progresivamente. O repitiendo una palabra que se les proponga, por ejemplo “GRACIAS” o una que ellos elijan. Respirar con naturalidad, no profundamente. Acompasar la palabra a la respiración.

Continuar durante unos minutos.

No preocuparse por conseguir un nivel de relajación profunda. Mantener una actitud pasiva y dejar que la relajación se presente según su propio ritmo. Si aparecen pensamientos perturbadores, debe intentar ignorarlos no ocupándose de ellos y volviendo centrándote gracias a la respiración, a la música, la palabra elegida repetida muy lentamente  …. Con la práctica, la respuesta sobrevendrá sin apenas esfuerzo.

Anotamos

¿Qué he hecho? ¿Cómo me he sentido? ¿Qué he aprendido?… La palabra elegida:

Cardiopatías congénitas

Cardiopatías congénitas. Ana Fernández con Menudos Corazones
Ana Fernandez (Los Protegidos) lee un cuento a una niña con problemas de corazón, una metáfora de lo que viven estos niños con cardiopatías y sus familias.
Cada año se dan en España 4.000 nuevos casos de cardiopatías congénitas.
La asociación Menudos Corazones da visibilidad y apoyo a estas familias.