Un ángel me cuida…

Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida, como si un globo que flotara sobre ella, tirase de la cabeza suavemente hacia arriba.

¿Estás listo?

Inspira suavemente para que el aire llegue hasta el vientre. Inspira, 1, 2, 3, 4, lentamente suelta en 1, 2, 3, 4.
Coge aire otra vez en 1, 2, 3, 4, y suelta 1, 2, 3 ,4.

Ahora cierra los ojos con suavidad, inspira profundamente y suelta el aire poco a poco.

Hemos empezado ya el nuevo curso. Algunos de nosotros hemos conocido a los nuevos profesores, nuevos compañeros, una nueva clase… otros continuamos con nuestros amigos de clase…

Sentimos, como cada año, que no estamos solos. Nos sentimos acompañados.

Nuestro ángel, que nos cuida, está a nuestro lado. Nos da mucha paz sentir que nos acompaña y sabemos que todo el curso va a estar a nuestro lado, ayudándonos, protegiéndonos…

Ahora escuchamos esta música, la sentimos, la respiramos… notamos la presencia de nuestro ángel.

(Se deja la música un ratito. En los cursos más bajos menos rato y los mayores pueden estar más rato escuchándola y en silencio).

https://www.youtube.com/watch?v=Yi0tKEtRE3Q

Respiramos profundamente varias veces y poco a poco abrimos los ojos.

Compartimos:
Compartimos con el resto de nuestros compañeros cómo nos hemos sentido.

Nuestra sonrisa es un regalo

Había una vez un muñeco de papel que no tenía cara. Estaba perfectamente recortado y pintado por todo el cuerpo, excepto por la cara. Pero tenía un lápiz en su mano, así que podía elegir qué tipo de cara iba a tener ¡Menuda suerte! Por eso pasaba el día preguntando a quien se encontraba:
– ¿Cómo es una cara perfecta?
– Una que tenga un gran pico – respondieron los pájaros.
– No, no, que no tenga pico -dijeron los árboles-. La cara perfecta está llena de hojas.
– Olvida el pico y las hojas -interrumpieron las flores- Si quieres una cara perfecta, tú llénala de colores.
Y así, todos los que encontró, fueran animales, ríos o montañas, le animaron a llenar su cara con sus propias formas y colores. Pero cuando el muñeco se dibujó pico, hojas, colores, pelo, arena y mil cosas más, resultó que a ninguno le gustó aquella cara ¡Y ya no podía borrarla!
Y pensando en la oportunidad que había perdido de tener una cara perfecta, el muñeco pasaba los días llorando.
– Yo solo quería una cara que le gustara a todo el mundo-decía-. Y mira qué desastre.
Un día, una nubecilla escuchó sus quejas y se acercó a hablar con él:
– ¡Hola, muñeco! Creo que puedo ayudarte. Como soy una nube y no tengo forma, puedo poner la cara que quieras ¿Qué te parece si voy cambiando de cara hasta encontrar una que te guste? Seguro que podemos arreglarte un poco.
Al muñeco le encantó la idea, y la nube hizo para él todo tipo de caras. Pero ninguna era lo suficientemente perfecta.
– No importa-dijo el muñeco al despedirse- has sido una amiga estupenda.
Y le dio un abrazo tan grande, que la nube sonrió de extremo a extremo, feliz por haber ayudado. Entonces, en ese mismo momento, el muñeco dijo:
– ¡Esa, esa es la cara que quiero! ¡Es una cara perfecta!
– ¿Cuál dices? -preguntó la nube extrañada- Pero si ahora no he hecho nada…
– Que sí, que sí. Es esa que pones cuando te doy un abrazo… ¡O te hago cosquillas! ¡Mira!
La nube se dio por fin cuenta de que se refería a su gran sonrisa. Y juntos tomaron el lápiz para dibujar al muñeco de papel una sonrisa enorme que pasara diez veces por encima de picos, pelos, colores y hojas.
Y, efectivamente, aquella cara era la única que gustaba a todo el mundo, porque tenía el ingrediente secreto de las caras perfectas: una gran sonrisa que no se borraba jamás.

 

Visualización: Este curso deseo…

Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida, como si un globo que flotara sobre ella, tirase de la cabeza suavemente hacia arriba.

¿Estás listo?

Inspira suavemente para que el aire llegue hasta el vientre. Inspira, 1, 2, 3, 4, lentamente suelta en 1, 2, 3, 4.
Coge aire otra vez en 1, 2, 3, 4, y suelta 1, 2 ,3 ,4.

Ahora cierra los ojos con suavidad, inspira profundamente y suelta el aire poco a poco.

Es un nuevo día en el cole del nuevo curso. Vas a buscar con tu imaginación un rincón del cole que te guste, y vas a sentarte tranquilamente…
(Pausa)

Estamos aquí ya, tranquilos, y vamos a escuchar esta música.

https://www.youtube.com/watch?v=rRw1kVYyd3I

(Escuchamos la música y dejamos un poco de tiempo)

Ahora, vas a pensar en alguna cosa que deseas para este curso y vas a repetir esta frase:
Este curso deseo… y voy disfrutar con ello desde el comienzo.

Respiramos profundamente varias veces y poco a poco abrimos los ojos.

Compartirmos:
¿Cómo me he sentido en ese lugar del colegio?.
¿De qué quiero disfrutar este curso?

Gracias

Leemos despacio cada uno una frase para dar gracias.
Al final podemos añadir otras si queremos…

  1. Gracias, Señor, por el tiempo de vacaciones que hemos disfrutado con nuestras familias y amigos.
  2. Gracias por este nuevo curso que iniciamos para seguir aprendiendo, creciendo,…
  3. Gracias por cada compañero y cada compañera de clase.
  4. Gracias por nuestros educadores, por todo lo que hacen cada día para ayudarnos.
  5. Gracias por nuestros padres, por su amor, sus detalles de cada día.
  6. Gracias, Jesús, por Juan María y por poder educarnos en un colegio Menesiano.