Yo soy yo, con lo que hago y lo que dejo de hacer.
Hay muros que están muy alejados de nosotros y no podemos derribarlos, pero otros que tenemos más cerca. Que nos separan de personas… y que quizá si podemos intentar solucionar.
Ayer leíamos el Evangelio de las tentaciones, Jesús pudo haber elegido otros caminos, decidió derribar muros, acoger, intentar una y otra vez acercarse a la gente, incluso a los extranjeros tan odiados para un judío.