El santo de la semana: Teresa de Jesús

Me llamo Teresa de Cepeda y Ahumada, aunque me conocen como Teresa de Jesús.
Nací en Ávila el 28 de marzo de 1515, en un hogar cristiano donde aprendí a rezar.
Me quedé huérfana de madre a los 13 años y le pedí a la Virgen María que hiciera de madre para mí y experimenté su protección toda mi vida.
Fundé varios conventos dedicados a la oración y escribí libros para ayudar a otros a conocer a Dios.
Mi fiesta se celebra el 15 de octubre.
Escribí este poema, que es una oración. Espero que te guste:

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda.

La paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta.
Sólo Dios basta

Pongo atención…

Vamos a compartir unos momentos especiales de tranquilidad juntos. Vamos a fijarnos en lo que está pasando en cada momento, especialmente en la música, en los sonidos.
Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida, como si un globo que flotara sobre ella, tirase de la cabeza suavemente hacia arriba.
¿Estás listo?

Inspira suavemente para que el aire llegue hasta el vientre. Inspira en 1, 2, 3, 4, lentamente suelta  en 1, 2, 3, 4.
Coge aire otra vez en 1, 2, 3, 4, y suelta en 1, 2 ,3 , 4.
Ahora cierra los ojos con suavidad, inspira profundamente y suelta el aire poco a poco.
Hoy simplemente vamos a escuchar la música y vamos a poner atención en la respiración.
(Escuchamos la música de los cuencos tibetanos.)
https://www.youtube.com/watch?v=eAreGEpGSMA

No te olvides de inspirar y soltar el aire, inspira y suelta lentamente…
(Se dice varias veces.)

Ahora lentamente, cada uno a su ritmo, abre los ojos.

Compartimos con los niños:
¿Qué he sentido? ¿Qué me ha pasado? Estaba nervioso, tranquilo…..?
¿Cómo me siento ahora?
Pueden compartir al menos una palabra…

El santo de la semana: Francisco de Asís

San Francisco nació en Asís, Italia, hacia 1180.
Francisco era hijo de un rico mercader de telas llamado Pietro y ayudaba a su padre en el comercio.
Con 25 años Francisco tuvo una visión: en el pequeño templo de San Damián, medio abandonado y destruido, que tenía una imagen de Jesús, oyó una voz que le dijo: «Francisco, repara mi iglesia. Ya lo ves: está hecha una ruina».
Francisco dejó las riquezas de su casa y su familia para dedicarse a la oración, el trabajo y a dar a conocer a Jesús.
Algunos jóvenes le siguieron y, con ellos, fundó a los Franciscanos, religiosos que destacan por el amor a Dios, la pobreza y la alegría de ser hermanos.
Francisco siempre tuvo gran cuidado y amor por la naturaleza y los animales.
A todos llamaba “hermanos” porque todas las criaturas eran para él un regalo de Dios y era nuestro deber proteger y disfrutar lo que Dios había creado.
En 1979 Juan Pablo II lo nombró Patrón de la Ecología.
Su fiesta se celebra el 4 de octubre.

¡¡Gracias, profes!!


Gracias, profes, por estar “Cada día… a nuestro lado” en este nuevo curso.
Gracias porque en los meses de confinamiento fuisteis los profesionales comprometidos con la educación, garantizando que no perdiéramos la rutina y siguiéramos aprendiendo desde casa.
Gracias porque os habéis sabido reinventar como verdaderos héroes.
Gracias porque nos hicisteis llegar desde vuestras casas cada una de vuestras lecciones.
Y gracias porque ahora hacéis todo lo que está en vuestra mano para que, este nuevo curso tan diferente, aprendamos y sigamos creciendo como personas, superando todas las dificultades con confianza y creatividad.
(¡DAMOS UN APLAUSO A NUESTROS PROFES!)

Tiempo de trabajar y dar buenos frutos

Jesús les contó otra parábola:
Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, el propietario de la viña envió sus criados a los labradores, para que la dieran los frutos que le correspondían.
Pero los labradores no les hicieron caso y apalearon a los criados.
El propietario les envió a su propio hijo, pero se dijeron: matemos al hijo del propietario y nos quedaremos con la viña.
Muy enfadado el propietario de la viña expulsó a los labradores y arrendó la viña a otros.

“Te veo y deseo…”


Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida, como si un globo que flotara sobre ella, tirase de la cabeza suavemente hacia arriba.
¿Estás listo?

Inspira suavemente para que el aire llegue hasta el vientre. Inspira, 1, 2, 3 4, lentamente suelta en 1, 2, 3, 4.
Coge aire otra vez en 1, 2, 3, 4, y suelta 1, 2 ,3 ,4.

Ahora cierra los ojos con suavidad, inspira profundamente y suelta el aire poco a poco.
Vas a elegir un compañero y vas a visualizarle.
Te acuerdas de su cara, su pelo, sus gestos…

https://www.youtube.com/watch?v=aXYtJB7Qslk
(Escuchamos la música y dejamos tiempo)

Ahora vas a desear en tu interior que tenga un curso estupendo.
Di en tu interior “Deseo que este curso que empieza esté lleno de cosas estupendas para ti”

Ahora vas a desear en tu interior que tenga un curso estupendo.
Di en tu interior “Este nuevo curso vas a ser muy feliz. Yo te voy a ayudar”.

Repítelo varias veces acordándote de su cara.

(Se deja más tiempo con la música.)

Te sientes alegre al tener este buen deseo para tu compañero.

(Dejamos un momento de silencio.)

Ahora, respira profundamente y poco a poco, a tu ritmo, abre los ojos.

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