Este es el saludo cotidiano en Tibet: «Thasi deley». Quizá desde siempre, quizá desde que los recuerdos se pierden en las montañas Tibetanas, quizá para siempre, esta ha sido su acogida cotidiana.
Dos sencillas palabras que el imperio Chino ha temido con firor. Dos palabras que, su invasor, ha querido prohibir. Pasaron a ser palabras perseguidas: cárcel, destrucción de propiedades, muerte… para quien saludaba con ellas. Pero con ellas se siguió saludando, hasta que el gigante tuvo que dejar de prohibirlas o al menos mirar hacia otro lado.
Thasi deley «RECONOZCO LA GRANDEZA QUE HAY EN TI».
No pudieron acallar este mensaje, entre otras cosas, porque también eran pronunciadas hacia ellos, los soldado chinos. Los tibetanos, aún cuando estaban siendo humillados, sabían ver la grandeza que habitaba en sus enemigos.
Qué mejor entrada para abrir este nuevo blog, sino pronunciar este viejo saludo.
Hay numerosos exiliados que dan testimonio de sus propias experiencias en este sentido.