A vosotros, que compartís mi proyecto y lo lleváis a cabo;
a vosotros, que recibís mi Palabra y la ponéis en práctica;
a vosotros, que os reunís en mi nombre y evocáis mi presencia
os llamo hermanos.
A vosotros, dispuestos a dar la cara,
a arrimar el hombro, a echar una mano;
a vosotros con quienes se puede contar de manera incondicional
para toda buena causa,
os llamo hermanos.
A vosotros que afrontáis la realidad e intentáis mejorarla;
a vosotros, que no renunciáis a la utopía y camináis hacia ella;
a vosotros, que dais una oportunidad a un futuro mejor,
os llamo hermanos.
A vosotros, que celebráis lo que creéis y compartís lo que tenéis;
a vosotros en la fiesta y juntos en la lucha;
a vosotros que tenéis mis sentimientos y mi Espíritu,
os llamo hermanos.