The Man in the arena

The Man in the arena es el título de un discurso que Theodore Roosevelt dio en La Sorbona en París, Francia, el 23 de abril de 1910.

No es el crítico quien cuenta; ni aquellos que señalan como el hombre fuerte se tambalea, o en qué ocasiones el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece realmente al hombre que está en la arena, con el rostro desfigurado por el polvo, sudor y sangre; al que se esfuerza valientemente, yerra y da un traspié tras otro pues no hay esfuerzo sin error o fallo; a aquel que realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce grandes entusiasmos, grandes devociones; quien se consagra a una causa digna; quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasa, al menos caerá con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la victoria ni el fracaso.»

Es muy fácil hablar, incluso acertando, sobre lo que otros deberían hacer, pero estar «en la arena» peleando por sacar aquello en aquello que creo o me ilusiona eso, eso es mucho más difícil. ¿Qué hago? ¿Mirar y hablar o comprometerme y hacer algo?

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