Solo seres humanos (Frans van der Lugt)

El Papa Francisco lo ha dicho en más de una ocasión: «Hay más mártires hoy que en los primeros tiempos de la Iglesia». “En el mundo son muchos los perseguidos porque quieren ir a misa, o tener una Biblia, o un Evangelio”. 

Y la última víctima, el último mártir, el último testimonio del Evangelio que dio su vida por los demás ha sido la mañana de este lunes pasado (29 sep) el padre Frans van der Lugt, jesuita holandés, asesinado en la ciudad siria Homs, de un tiro a quemarropa en la cabeza. 

Un hombre de paz, el padre Frans. Tenía 75 años. Había llegado a Siria en 1966. En estos años de guerra civil nunca ha salido de la ciudad de Homs, bastión de los rebeldes asediados desde hace casi un año por las fuerzas del presidente Bashar Al Assad. Varias veces dijo que no se iría mientras hubiera cristianos en la zona sitiada. Hace tres meses lanzó un urgente llamamiento, a través de Internet, para que pudiera ponerse a salvo a la población de Homs. Estas fueron sus palabras: «Junto con los musulmanes – dijo – vivimos una situación difícil y dolorosa, y sufrimos muchos problemas. Y el mayor de ellos es el hambre”. 

Siempre habló de la paz y la reconciliación, y abrió las puertas a todos aquellos que buscaban su ayuda, sin distinción de raza o religión. «No veo musulmanes o cristianos, acostumbraba decir, sino sólo seres humanos. Yo soy el único sacerdote y el único extranjero en este lugar, pero no me siento como un extranjero».

(Junto a este misionero recordamos por el virus del Évola y tantos laicos y religiosos que siguen junto a los más pobres y olvidados)

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