Nosotros mismos, quizá sin darnos cuenta estamos siendo víctimas o… verdugos; nuestros amigos… quizá están haciendo daño o dejando que les hagan daño.
Un ejemplo es la incidencia de la violencia psicológica de control (si el agresor impide ver a los amigos o amigas, trata de evitar la relación con la familia, insiste en saber dónde se encuentra la mujer en cada momento, etc.). Una de cada cuatro jóvenes (16-17 años) asegura haberla padecido en los últimos 12 meses,