GUION
En ocasiones nuestra mente se queda atascada en cosas negativas (aquello que hice mal, o la injusticia que cometieron conmigo, o lo que tendré que hacer dentro de un tiempo y me preocupa, o aquella persona que…, no tengo tiempo) , vuelven una y otra vez sin que eso nos sirva para encontrar salida sino para nublarnos los pensamientos en un agotador lío que puede llevarnos a sospechas aún mas negativas (no puedo, no valgo, no me aceptan, me tienen manía, esa persona es… , la vida…). Ideas que apoyadas en algo quizá cierto van agrandándose y desfigurándose en gigantes que no son verdad, pero que realmente pueden paralizarnos.
Entonces podemos conseguir relajar nuestro cuerpo, pero quizá con ello no se frenen las ideas. Basta que quieras dejar de pensar en algo para que se ponga ahí sin apartarse.
Este ejercicio es para tratar de aprender a pensar en algo que reemplace y cambie el discurso negativo por uno que realmente nos sirva.
Para ello primero sería importante que supiéramos darnos cuenta de si se ha puesto a funcionar en nosotros el run run de la negatividad estéril y obsesiva, para luego decidir hacerla frente.
Quizá ahora no estemos en un momento de esos o quizá no os suela pasar, pero vamos a ejercitar formas de tener nosotros el control e impedir que los pensamientos sean los que nos controlen:
Nos disponemos en la postura básica para atender a nuestros pensamientos.
Buscamos algo que nos agobie en estos momentos o imaginamos una situación que nos suponga dificultad y preocupación. (una relación, un error, un examen importantísimo, un partido, un miedo, algo que me acompleja, una enfermedad de alguien cercano, una humillación…) y nos metemos en esa escena.
Notamos como nos hace sentir pensar en ello. Tratamos de distinguir lo que pensamos nos ayuda a encontrar salidas o nos aplasta sin llevarnos a ningún sitio. Si nos hace reconstruir, pedir ayuda, crecer… o nos va minando, debilitando, enfadando, encerrando… como una trampa destructiva.
Decidimos si queremos continuar con nuestros pensamientos o ponerles freno. (tres formas)
- íNoto como se enciende una bombilla en mi, noto que “ya estoy otra vez” y grito interiormente: BASTA. El propio grito te sobresalta, te despierta y corta la cadena que rumiabas.
- Reemplaza esas ideas evadiéndote en un sueño agradable y placentero. Imagínate haciendo algo que te gusta. Recréate en ese sueño: vacaciones, aficiones…
- Repite interiormente afirmaciones positivas que en otro momento sabías que eran verdad (aunque en este momento te resulte difícil verlas así, entonces estabas convencido y tu mente estaba más despejada que ahora): “confía, todo saldrá bien”, “soy fuerte”, “tengo derecho a equivocarme”, “merece a pena”, “no estoy solo”, “el amor al final vence”, “soy valioso”, “estoy en buenas manos”, “de aquí también saldrá algo bueno”, “nada nos separará del amor de Dios (Rom 8)”…
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