Aprender a vivir… una asignatura apasionante

Más allá de la pereza de levantarse de la cama, del esfuerzo y trabajo que supone estudiar… ¿entendemos la oportunidad de aprender desde las claves que intenta transmitir este profesor su primer día?  ¿Qué idea te parece más válida?

No negaré que pensaba cortar el final del video para que nos sirviera en general sin reducirlo a publicidad que anima a una opción, pero finalmente he preferido dejarlo así, porque creo que aparte de ser un anuncio dice cosas muy ciertas, incluida la propuesta final.

“Esta asignatura os ayudará a vivir, aprovechar cada instante, estar despiertos…”
¿Está siendo así? ¿Cómo ayudar para mejorarlo?

Debemos unirnos todos

Discurso final de Charles Chaplin en la maravillosa película «El gran dictador» (1940).  Crítica, muy aguda y arriesgada en el contexto de la II Guerra Mundial:

el gran dictador

¿Os parece que sigue siendo un discurso de actualidad? ¿por qué?

Rompe la cadena

Esta coreografía a unido a millones de mujeres en todo el mundo luchando por un mismo objetivo, que desparezca la violencia contra la mujer. Nos unimos a ellas en el deseo de romper esta cadena que esclaviza, pero nosotros ¿qué podemos hacer  para romper esta cadena?

Echar una mano

Las personas necesitamos una esperanza un razón para vivir, una auténtica razón que nos motive. :

Unos fuertes golpes en la puerta despertaron al padre Pierre. Un muchacho nervioso avisaba al sacerdote de que un joven había intentado suicidarse y yacía tendido en el suelo. Salieron corriendo hacia el lugar y se encontraron con un joven tendido en el suelo; estaba solo, sin familia, sin amigos. Hacía unos días que había salido de la cárcel.
Ante su petición de ayuda, el padre Pierre no le dijo “te echaré una mano”, sino todo lo contrario:
– No tengo tiempo para dedicarlo a ti. Trabajo todo el día y el tiempo que me queda lo dedico a atender a madres abandonadas, a niños enfermos, a gente sin techo. ¿Me quieres ayudar? Antes de poner fin a tu vida, ¿quieres echar una mano a toda esa gente que espera el consuelo de alguien?

Aquel joven reaccionó. Éste fue el inicio de las comunidades de Traperos de Emaús, grupos de personas que, muchos años después de este encuentro, siguen dedicando su tiempo a ayudar a los más necesitados.

La propuesta que hace el padre Pierre al joven, ¿te parece acertada o desacertada?

“A lo largo de su existencia, el hombre tiene muchas esperanzas, más grandes o más pequeñas, diferentes según los períodos de su vida. A veces puede parecer que una de estas esperanzas lo llena totalmente y que no necesita de ninguna otra. En la juventud puede ser la esperanza del amor grande y satisfactorio; la esperanza de cierta posición en la profesión, de uno u otro éxito determinante para el resto de su vida. Sin embargo, cuando estas esperanzas se cumplen, se ve claramente que esto, en realidad, no lo era todo. Está claro que el hombre necesita una esperanza que vaya más allá. Necesitamos tener esperanzas, más grandes o más pequeñas, que día a día nos mantengan en camino. Pero sin la gran esperanza, aquellas no bastan”

Benedicto XVI

Juntos es más fácil

Todo el mundo tiene un apoyo. Todo el mundo tiene una persona que siempre está ahí. (propuesta por un grupo de alumnas de 3º de la ESO)

«Juntos es más fácil caminar. La vida es más si la quieres compartir porque nada es más sencillo que sentir que siempre estás ahí.»

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=5SH3q65j_uw]

Os invitamos a pensar en aquella persona que queréis, aquella persona que siempre está ahí, a vuestro lado …con la que podéis contar siempre. 

¿Quieres echarme una mano?

Las personas necesitamos una esperanza un razón para vivir, una auténtica razón que nos motive:
Unos fuertes golpes en la puerta despertaron al padre Pierre. Un muchacho nervioso avisaba al sacerdote de que un joven había intentado suicidarse y yacía tendido en el suelo. Salieron corriendo hacia el lugar y se encontraron con un joven tendido en el suelo; estaba solo, sin familia, sin amigos. Hacía unos días que había salido de la cárcel.
Ante su petición de ayuda, el padre Pierre no le dijo “te echaré una mano”, sino todo lo contrario:
_ No tengo tiempo para dedicarlo a ti. Trabajo todo el día y el tiempo que me queda lo dedico a atender a madres abandonadas, a niños enfermos, a gente sin techo. ¿Me quieres ayudar? Antes de poner fin a tu vida, ¿quieres echar una mano a toda esa gente que espera el consuelo de alguien?
Aquel joven reaccionó. Éste fue el inicio de las comunidades de Emaús, grupos de personas que dedican su tiempo a ayudar a los más necesitados.

La propuesta que hace el padre Pierre al joven, ¿te parece acertada o desacertada?

“A lo largo de su existencia, el hombre tiene muchas esperanzas, más grandes o más pequeñas, diferentes según los períodos de su vida. A veces puede parecer que una de estas esperanzas lo llena totalmente y que no necesita de ninguna otra. En la juventud puede ser la esperanza del amor grande y satisfactorio; la esperanza de cierta posición en la profesión, de uno u otro éxito determinante para el resto de su vida. Sin embargo, cuando estas esperanzas se cumplen, se ve claramente que esto, en realidad, no lo era todo. Está claro que el hombre necesita una esperanza que vaya más allá. Necesitamos tener esperanzas, más grandes o más pequeñas, que día a día nos mantengan en camino. Pero sin la gran esperanza, aquellas no bastan” Benedicto XVI

Te encontré en mi mismo camino

Esta canción nos habla de la María, el grupo nos dice donde si y donde no sienten que está presente ¿qué lugares reconoces? ¿cómo es la Virgen María que nos cuenta el Evangelio?

Dios te salve María, sagrada María,
Señora de nuestro camino llena eres de gracia
llamada entre todas para ser la madre de Dios.

El Señor es contigo y tú eres la sierva dispuesta
a cumplir su misión.
Y bendita tú eres dichosa te llaman a ti la escogida de Dios.

Y bendito es el fruto que crece en tu vientre
el Mesías del pueblo de Dios, al que tanto esperamos que nazca
y que sea nuestro rey.

María he mirado hacia el cielo pensando entre nubes
tu rostro encontrar y al fin te encontré en un establo
entregando la vida a Jesús Salvador.

María he querido sentirte entre tantos milagros
que cuentan de ti y al fin te encontré en mi camino
en la misma vereda que yo tenías tu cuerpo cansado
y un niño en los brazos durmiendo en tu paz.

María mujer que regalas la vida sin fin.
Tú eres santa María eres nuestra Señora
porque haces tan nuestro al Señor.

Eres madre de Dios, eres mi tierna madre
y madre de la humanidad.

Te pedimos que ruegues por todos nosotros heridos por tanto pecar, desde hoy hasta el día final de este peregrinar.

María he buscado tu imagen serena vestida entre mantos de luz
y al fin te encontré dolorosa llorando de pena a los pies de una cruz.

María he querido sentirte entre tantos milagros
que cuentan de ti y al fin te encontré en mi camino
en la misma vereda que yo tenías tu cuerpo cansado
y un niño en los brazos durmiendo en tu paz.

María mujer que regalas la vida sin fin.
Dios te salve María, sagrada María, Señora de nuestro camino.

¿Quién te sostiene?

Observemos este simpático niño, ¿qué hace? ¿cómo se va sintiendo? ¿qué está aprendiendo de la mano de su padre?

Las primeras comunidades cristianas querían explicar cómo vivían la cercanía de Jesús resucitado aún muchos años después de su muerte, por eso redactan este texto que habla de sentirse amados, apoyados, habitados…  por una fuerza (Espíritu) que les llena de paz, así cientos de años más tarde podemos vivir su misma experiencia y sentirnos como ese niño jugando con su padre en el tobogán.

«Dijo Jesús a sus discípulos: El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él. […] Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy…» (Jn 14, 23-29)