Capítulo Provincial de los HH Menesianos

Estimados alumnos, en esta ocasión en la máxima de la mañana se os va a pedir un favor, se os va a pedir opinión y ayuda. Se trata de orientar a los Hermanos Menesianos en su trabajo de reflexión de cara a diseñar las líneas de trabajo de los próximos 6 años.  Hacer CLIC en el logotipo y tratar de llegar a un consenso como clase sobre CUATRO temas clave.
logo CGb12CapturaMUCHAS GRACIAS POR VUESTRAS APORTACIONES !!!!

“Si dices caíste, yo digo me levanto”.

Los niños y niñas de la planta de Oncología del Hospital Sant Joan de Déu, y los profesionales y voluntarios que les acompañan en el centro, cantan junto a Macaco la canción «Seguiremos», un mensaje de esperanza para concienciar sobre la importancia de la investigación en la lucha contra el cáncer infantil, y la necesidad de no rendirse.
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– ¿Alguna vez has deseado tirar la toalla? ¿Qué hiciste finalmente?
– ¿Cuántas veces te has caído? ¿Qué te ayuda a levantarte?
 

 

Puedo abrazar a mi enemigo

Esta canción explica como cambian las cosas cuando un realmente cree en su resurrección. (elige un dibujo o una frase que exprese mejor lo que quiere decir la cantante y la comentamos)

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  Yo creo en tu resurrección porque puedo amar, puedo reír
 puedo abrazar mi mayor enemigo y mirarlo en Ti
  Yo creo en tu Resurrección porque tengo paz en el corazón
 porque puedo entregarme a pesar de todo éste dolor
  yo creo en tu resurrección porque soy feliz junto a Ti
 porque me amas tanto que hasta moriste por mí
  Yo creo en tu resurrección porque puedo amar
 porque tengo tanto, tanto, tanto para entregar.

 Yo creo que Tu Señor vivirás en mí
 yo creo que tu, Señor vencerás en mi
 yo creo que Tú, Señor, morarás en mi
 para siempre, para siempre, Señor.
  Yo creo en tu resurrección porque ni el dolor, ni Propio error
 ninguna angustia podrá separarme de tu amor.
  Yo creo en tu resurrección porque todo lo puedo con tu amor
 porque sé que cuidas de mi vida mejor que yo.
  Yo Creo en tu resurrección porque puedo amar
 porque puedo entregarme a pesar de todo éste dolor.

Cuestión de corazón

 Había un ratón que estaba siempre angustiado porque le tenía miedo al gato. Un mago se compadeció de él y lo convirtió en… gato. Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago lo convirtió en perro. Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a temer al cazador.
Llegado a este punto el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: “Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón.”
Fábula India

 

gato-raton

¿Qué te da miedo? ¿Qué te ayuda a afrontarlo?
¿Es necesario que seamos diferentes?

Ayudarnos a volar

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=P9RyCh2Ujcg#!

¿Me doy cuenta de cuando cerca de mi alguien no puede?
Recuerda alguna vez que hayas renunciado a algo para ayudar.
¿Cómo cambia nuestra propia vida cuando ayudamos a otro?

Necesito poco y lo poco que necesito… lo necesito poco

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación – de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.

También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada o todo

Artículo publicado en La Vanguardia, escrito por la periodista Ángeles Caso

Lo mejor está por llegar

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Puedo vértelo en los ojos, entre guiños y sonrojos,
puedo olerlo en tus manos y cuando te muerdes el labio,
te muerdes el labio.

Puedo sentirlo cuando hablas y en tu forma de caminar,
puedo sentir en ti algo nuevo, algo que te hace vibrar.

No lo dudes más y atrévete, no mires atrás que lo mejor está por llegar.

Y vuela como un huracán, en busca de tu libertad,
ve sin dirección porque lo mejor está por llegar (x2)

Está por llegar

Puedo verlo en tus gestos, divertidos y traviesos,
puedo olerlo en tu mirada, soñadora y despistada.

No lo dudes más y atrévete, no mires atrás que lo mejor está por llegar.

Y vuela como un huracán, en busca de tu libertad,
ve sin dirección porque lo mejor está por llegar (x2)

Y vuela como un huracán y corre hasta llegar al mar,
ve sin dirección porque lo mejor está por llegar

Y vuela como un huracán en busca de tu libertad, ve sin dirección porque lo mejor está por llegar

Lo mejor está por llegar,
lo mejor está por llegar,
lo mejor está por llegar,
porque lo mejor está por llegar,
está por llegar.

——-

¿Con qué te quedas de esta canción de El Sueño de Morfeo?
¿Confías en el futuro? ¿Confías en que siempre puede llegar algo mejor?