Habéis dado lo máximo

“Jesús curó a muchos enfermos de diversos males” (Mc 1, 34)

¿Cómo estar junto al familiar o el amigo gravemente enfermo? Lo primero es acercarse. Al que sufre no se le puede ayudar desde lejos. Hay que estar cerca. Ofrecerle lo que necesita en cada momento. Tener paciencia. Permanecer junto a él. Es importante escuchar. Que el enfermo pueda contar y compartir lo que lleva dentro: las esperanzas frustradas, sus quejas y miedos, su angustia ante el futuro.

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