Virgen del Pilar, nuestra patrona

Mañana, 12 de octubre, se celebra la fiesta de la Virgen del Pilar.

Según una tradición muy antigua, la Virgen María se apareció al Apóstol Santiago de pie sobre un pilar, una pequeña columna de mármol, a orillas del río Ebro, en Zaragoza.
También dice que María animó al apóstol Santiago en su misión de dar a conocer a Jesús y le pidió que construyese una iglesia en aquel lugar.
Ese es el origen de la Basílica del Pilar que conocemos hoy en Zaragoza.

Pero también la Virgen del Pilar es nuestra patrona.
Los Hermanos y Laicos Menesianos, los alumnos, educadores y familias de los colegios Menesianos de España formamos una gran familia… que nos llamamos “Provincia de Nuestra Señora del Pilar”.
Por eso mañana es… ¡nuestra fiesta!

Que la Virgen del Pilar nos cuide y acompañe a todos durante este curso…
Se lo pedimos mientras escuchamos esta canción: «Junto a ti, María».

Momentos felices

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Nos sentamos en una postura cómoda, con la espalda recta.
Inspira suavemente. Inspira en 1, 2, 3 y 4. Lentamente suelta en 1, 2, 3 y 4.
Coge aire otra vez en 1, 2, 3 y 4 y suelta en 1, 2 ,3 y 4.
Ahora cierra los ojos con suavidad, inspira profundamente y suelta el aire poco a poco.

https://www.youtube.com/watch?v=wcg5Hh1Ofv8

En este momento que estáis aquí respirando y en paz, cada uno de vosotros va a agradecer por las cosas y personas que os rodean: familia, el cole, amigos, profesores y por todo lo que tenéis.

(Se deja un poquito de tiempo).

Recuerda ahora momentos felices que hayas vivido estas semanas que llevas de curso: dónde fue, con quién estabas, qué sucedió, qué sentiste en aquel momento,…

(Se deja un rato de silencio con música).

Al cabo de unos segundos se dice:
“Recuerda esos momentos, y deja que te invada ahora la misma alegría que sentiste entonces”.

(Dejamos más tiempo escuchando la música.)

Repite en tu interior:
Doy gracias ahora por esos momentos y todos los regalos que la Vida me hace cada día.
“Gracias…, gracias…, gracias…”

Haz una inspiración profunda y ahora poco a poco, a tu ritmo y sin prisas, abre los ojos.

Para compartir:
¿Cómo me he sentido?
¿Por qué quiero dar gracias…?

 

Unidos somos más fuertes

En un pequeño pueblo de la India, bajo un cielo estrellado, vivía una niña llamada Anjali. Tenía ocho años y una curiosidad que no conocía límites. Su vida cambió el día que escuchó hablar de un hombre llamado Gandhi, un hombre que creía en la paz y en la lucha contra la injusticia sin levantar un solo puño.

Anjali recordaba las historias de su padre, quien le había enseñado a amar la libertad y a soñar con un mundo mejor. Aunque él ya no estaba, sus palabras vivían en su corazón. Y así, con el espíritu de su padre guiándola, Anjali decidió unirse a la marcha que cambiaría la historia de su país.

– Gandhi dice que podemos luchar sin violencia —le explicó a su madre con ojos brillantes de determinación.

Y así, con la bendición de su madre, Anjali se unió a la Marcha de la Sal. En el camino conoció a Raj, un joven que, al igual que ella, buscaba un cambio. Raj había perdido la esperanza, pero en Gandhi encontró un nuevo propósito.

Juntos, Anjali y Raj caminaron kilómetros y kilómetros, a través de campos dorados y ríos serenos. Escuchaban atentamente las palabras de Gandhi, aprendiendo sobre la resistencia pacífica y la importancia de la no violencia.

Un día, mientras descansaban bajo la sombra de un gran árbol, Anjali y Raj escucharon a unos oficiales británicos hablar de un plan para detener la marcha usando la fuerza.

– Debemos hacer algo, Raj— susurró Anjali, su corazón latiendo con fuerza.

Con valentía y astucia, idearon un plan para advertir a Gandhi sin provocar un conflicto. Esa noche, bajo un cielo lleno de estrellas, Anjali y Raj se deslizaron entre sombras y susurros, llevando su mensaje al líder de la marcha.

Gracias a su advertencia, Gandhi pudo evitar el enfrentamiento. La marcha continuó, más fuerte y unida que nunca. Anjali y Raj, con sus pequeñas manos entrelazadas, sintieron que habían contribuido a algo mucho más grande que ellos mismos.

Finalmente, llegaron a Dandi, donde Gandhi recogió un puñado de sal del mar, desafiando las leyes injustas. Anjali, con lágrimas de alegría y orgullo, sabía que había sido parte de un momento histórico.

La Marcha de la Sal no solo fue una protesta contra un impuesto, sino una lección de coraje, unión y la fuerza de la paz. Y para Anjali, fue el descubrimiento de que su propia voz era importante y la certeza de que incluso la más pequeña de las acciones puede provocar grandes cambios.

Y así, bajo el cálido sol de la India, Anjali volvió a su pueblo, no solo como una niña que había caminado cientos de kilómetros, sino como una portadora de esperanza y una mensajera de la paz.

 

 

Gracias por creer en la educación

El sábado pasado, día 5 de octubre, celebramos en “Día mundial del Docente”.
Es una iniciativa de UNICEF y UNESCO para reconocer el compromiso de los educadores en el cuidado de los niños y jóvenes en todo el mundo, ayudando a que aprendan y a que se comprometan para hacer un mundo mejor.
También es un día para agradecer todo los que los docentes hacen.
Por eso vamos a ver el vídeo: “A todos los docentes: ¡gracias!”

Al final, contamos 3 y decimos juntos: “Gracias,… (y el NOMBRE del profe que está con nosotros esta hora).
Y después damos un fuerte aplauso a todos nuestros maestros y maestras…

“Dejad que los niños se acerquen a mí”

Jesús decía a sus discípulos:
– “Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”.
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos. (Mc 10)

En el Evangelio de la eucaristía de este domingo, los niños son los protagonistas…
Porque los discípulos eran un poco torpes para entender las palabras de Jesús y él les decía: tenéis que ser como los niños, sencillos, con buen corazón.
Mira cómo nos lo cuenta este vídeo…

 

Cuido mi corazón

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Vamos a compartir unos momentos especiales de tranquilidad juntos.
Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida, como si un globo que flotara sobre ella, tirase de la cabeza suavemente hacia arriba.
¿Estás listo?

Inspira suavemente para que el aire llene tur pulmones. Inspira en 1, 2, 3 y 4. Lentamente suelta en 1, 2, 3 y 4.
Coge aire otra vez en 1, 2, 3 y 4 y suelta en 1, 2, 3 y 4.

Cierra los ojos con suavidad, inspira profundamente y suelta el aire poco a poco.
Vamos a fijarnos en lo que está pasando en cada momento, especialmente vamos a poner atención en la música.

https://www.youtube.com/watch?v=klxV1sVeomU

Pon tu mando izquierda en el centro del pecho y la mano derecha encima.

Pon también tu atención en la respiración, respira lentamente.
Siente cómo late tu corazón
Mientras escuchas la música di en tu interior: voy a cuidar mi corazón.

Inspira y suelta el aire lentamente…

Ahora, sin prisas y a tu ritmo, abre los ojos.

Para compartir:
¿Cómo me he sentido?
¿Qué he aprendido?

 

Luz para todos

 

Hoy, en la máxima, vamos a escuchar esta canción “LUZ PARA TODOS”, de Óscar Santos.
Fíjate en la letra y quédate con alguna forma de ser luz que te guste más…

Después de escuchar la canción haremos, despacio, esta ORACIÓN:

Jesús, con tu ayuda quiero ser LUZ,
quiero compartir la vida ayudando a otros.

Soy LUZ si pongo paz,
soy LUZ si vivo con esperanza,
soy LUZ si amo a los demás.

Soy LUZ si digo la verdad,
soy LUZ si cuido de los que están solos,
soy LUZ si ofrezco mi amistad a todos.

Soy LUZ si perdonar a quien me ha hecho daño,
soy LUZ si digo una palabra amable a mis compañeros,
soy LUZ si pongo cariño y una sonrisa en casa.

Jesús, con tu ayuda quiero ser LUZ

 

Mejor unidos

Un día los colores del mundo empezaron a discutir entre ellos, ya que cada uno pretendía ser el mejor, el más importante, el más bello, el más útil y favorito de todos.

El verde afirmó:
– Yo soy el más importante. Represento la vida y la esperanza. Yo estoy en la hierba, los árboles y las hojas. Sin mí, los animales morirían. Mirad el campo y veréis que soy el que más presente está.

El azul tomó la palabra:
– Tú solo piensas en la tierra, pero olvidas el cielo y el océano. El agua es la base de la vida. Y el cielo nos da paz y serenidad. Sin mí, ninguno de vosotros seríais nada.

El amarillo se rió ante esas palabras:
– ¡Qué gracia me hacéis los dos!. Yo soy soy la risa, la alegría y el calor al mundo. La prueba es que el sol es amarillo al igual que la luna y las estrellas. Y si miráis al girasol, él os mostrará que yo soy la vida, sin mí, no habría nada en esta vida.

El naranja elevó su voz:
– Soy el color de la salud y de la fuerza. Tal vez se me ve que a vosotros, pero soy útil para las necesidades de la vida humana. Transporto las vitaminas más importantes. Pensad en las zanahorias, en las calabazas, en los mangos y papayas. No estoy presente todo el tiempo, pero cuando coloreo el cielo en los amaneceres o atardeceres mi belleza es tal que todo el mundo se fija en mí.

El rojo tomó la palabra alto y fuerte:
– Soy el jefe de todos los colores, porque soy la sangre, la energía de la vida. Soy el color del peligro y de la valentía. Sin mí, la tierra estaría vacía como la luna. Soy el color de la pasión y del amor, de la rosa roja y de las amapolas.

Y así, los colores, continuaron hablando, convencidos cada uno de ellos era el mejor…
Su disputa se hizo cada vez más fuerte. Pero de repente, un relámpago apareció en el cielo y se escuchó el gran ruido del trueno. La lluvia comenzó a caer fuerte y todos los colores se acercaron unos a otros para sentirse más seguros.

Y entonces la lluvia tomó la palabra:
– ¡Dejad de discutir sobre quién es el más importante!
¿No sabéis que cada uno de vosotros existís por una razón especial?
Juntad vuestras manos y venid conmigo.
Los colores obedecieron y la lluvia continuó diciendo:
– De ahora en adelante, cuando llueva, cada uno de vosotros atravesará el cielo para formar un gran arco de colores y demostrar que podéis vivir juntos en armonía. El arco iris es un signo de esperanza para la vida y cada vez que la lluvia lave el mundo, un arco iris aparecerá en el cielo, para recordar al mundo que debemos estar unidos unos con otros.