Es tanto lo que nos regalaste

Queridos alumnos, quizá no hayáis conocido al Hermano Miguel Ángel Merino, quizá no entendáis estas palabras, pero hoy, día de los enamorados, la noticia de que nos ha dejado ha desplazado la máxima del 14F, porque queremos hablaros de él, de alguien que nos amó, nos quiso entrañablemente a todos, si a vosotros también, a todos los hermanos, familias, educadores y especialmente alumnos de todos los colegios menesianos. Ayer recibió el abrazo eterno del padre y hoy queremos cantar llenos de agradecimiento por su vida, por tanta vida como nos ha dado. Y es que misteriosamente es tanto lo que nos ha regalado:merino-javi

No, no fuiste un hombre perfecto,

pero nos animaste con tu humor, tus conversaciones, tu sencillez, tu interés por cada uno de nosotros. También con tus nervios y preocupaciones, tu progresivo cansancio y debilidad en aumento. Valiente y libre una y otra vez nos animabas a nadar contra corriente.

No, no fuiste un amigo perfecto,

pero nos quisiste tanto, nos cuidaste tanto, tanto te preocupabas por nosotros, tantas veces te acercaste, nos esperaste hasta tarde, nos preguntaste ¿qué tal estás? y con infinita humildad nos hacías saber tu necesidad de ser querido y cuidado.

No, no fuiste un educador perfecto,

pero tanta dedicación a preparar documentos, clases, talleres, charlas educando y enseñándonos a ser educadores. Afrontando los retos y volviendo a las clases tras décadas dedicado a otros servicios. Conectando desde el cariño y la bondad con alumnos y compañeros. Cuánto te han querido tus alumnos y compañeros!!. Buscando mil momentos para hacerte presente en donde estaban los jóvenes, para visitar a los niños, para estar con las familias… sencillamente irradiando bondad.

No, no fuiste un creyente perfecto

Pero nos enseñaste a leer el Evangelio de Marcos con tanta belleza, tanta implicación, tanto mensaje iluminador que supimos escuchar nítidamente lo que Dios nos decía a cada uno, lo que nos ofrecía, lo que nos pedía.
Nos enseñaste a orar, a rezar de corazón, desde lo profundo, desde el encuentro con los salmos, con los iconos rusos, con las pascuas y retiros, con tantos artículos.

No, no fuiste un menesiano perfecto

Pero nos regalaste a Juan María, y esta es, para mi, la gran herencia que nos has legado. Tú tradujiste sus textos del francés, nos enseñaste a leer sus cartas, a comprender sus sermones, a entender sus apuestas, su estilo, sus decisiones históricas. Tu descubriste como piedras preciosas las intuiciones fundamentales, pedagógicas, espirituales, fraternales… y supiste contagiarnos la pasión por Juan María y proyecto, nos enseñaste a ser menesianos.
Y nos acompañaste en el crecimiento como Familia Menesiana, haciéndonos sentir a todos en casa, por derecho propio, propietarios del carisma, responsables de continuar cuidando y regalando este tesoro.

No, no fuiste un hermano perfecto,

Pero tiraste tanto de nosotros hacia la utopía, hacia los pobres, la comunidad, el Evangelio… en Capítulos y como Superior, día a día.
Creaste comunidades, proyectos, misiones, con la esperanza de que pudiéramos vivir como hermanos y anunciar el Evangelio. Dedicaste tanto tiempo a escuchar, a mediar, a tratar de unirnos, a que nos quisiéramos, a que fuéramos lo que Juan María quería que fuéramos.
Siendo provincial comestaste la suerte que tenías de poder escucharnos a todos en largos y entrañables momentos, y que a pesar de las dificultades nos querías a todos y cada uno.

La suerte de tu imperfección es la que ha permitido que Dios se sirviera de ti, la que nos ha hecho poder vivir junto a ti sintiéndonos queridos incondicionalmente, entendiendo, viviendo, un poco así, la bondad y misericordia de Dios.

Misteriosamente nos has regalado tanto…  que solo podemos cerrar los ojos, recordarte, sonreír y decir GRACIAS.

Share Button

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.