Mirad a mi Siervo, a quien sostengo; MI ELEGIDO, en quien me complazco. (Is 42, 1)
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco». (Lc 3, 22)
Dios nos ha llamado y elegido para una misión sabiendo que somos las personas adecuadas y soñadas. Nos ha llamado para que, en continua relación con Él, seamos su presencia en el mundo.