Shanti, Paz, Pakea, Peace, Frieden, Paix, Pace, Salam

No nací un día cualquiera…
(tomado de Elena Andrés, formadora en Interioridad y amiga de Menesianos)

Tal día como hoy del año 1948 fue asesinado en Nueva Delhi un alma grande: Mohandas Karamchand Gandhi.
Como muchos otros, conocí la vida de Gandhi en el colegio. Años más tarde me acerqué por mi propio pie a él a través de su autobiografía y de otras lecturas. Me fascinó. Me estremecía y aún me estremece pensar que en este mundo ha vivido alguien como él. Me impactó descubrir que yo había nacido en el día de su asesinato. Desde entonces mi cumpleaños me pareció más especial, como una invitación a seguir los pasos de Gandhi.
Desde joven siento una llamada a ser constructora de la paz. Una vocación que proviene de mi contexto vital pero también de la huella que Gandhi ha dejado en mí.
No entiendo que no se dé a conocer su figura, su hondura personal. En nuestros tiempos convulsos en los que parece que la tónica general es desvincularse de los compromisos sociales y de la lucha pacífica por un mundo más justo, este hombre pequeño físicamente pero enorme por dentro, podría ser un modelo, una inspiración, un maestro.
Una de las cosas que puede enseñarnos es que un corazón abierto al amor, sea cual sea su religión, entra inmediatamente en comunión con todos. Gandhi conocía perfectamente el cristianismo, leía la Biblia, no era un hombre cerrado en su mundo, en su raza, en su fe… era universal como todos los grandes hombres y mujeres.
Deseo poder recoger una minúscula partícula del legado de este gran ser humano y hacerla fructificar allí donde la Vida me lleve.

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