El 30 de enero se celebra el Día Escolar de la Paz y la No Violencia.
Se celebra desde 1964 y conmemora el fallecimiento de Mahatma Gandhi.
Gandhi fue un gran pacifista, defensor de la resistencia no-violenta y líder espiritual y político en India.
Se le atribuye esta oración:
Señor…
Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes
y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Enséñame que perdonar es un signo de grandeza
y que la venganza es una señal de bajeza.
Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme
y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.
¡Señor… si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!
Para la máxima de hoy nos fijaremos en la segunda lectura de este domingo, sobre el amor. Entre otras cosas bonitas dice: Si no tengo amor, no soy nada.
El amor es comprensivo,
el amor es servicial y no tiene envidia;
el amor no presume ni se engríe;
no es mal educado ni egoísta;
no se irrita, no lleva cuentas del mal;
no se alegra de la injusticia,
sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites,
espera sin límites, aguanta sin límites.
El amor no pasa nunca.
Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida.
Cerramos los ojos y nos preparamos para hacer las respiraciones.
Inspiramos suavemente. Inspiramos en 1, 2, 3, 4, lentamente soltamos en 1, 2, 3, 4.
Cogemos aire otra vez en 1, 2, 3, 4, y soltamos 1, 2 ,3 ,4.
Inspiramos profundamente y soltamos el aire poco a poco.
Ahora nos preparamos para hacer la siguiente visualización
Imagina que estás en un campo y es de noche.
A tu lado hay un fuego. Es el fuego del Perdón.
Te acercas a él y notas como te regala luz y calor (…)
Te hace sentir bien. El fuego te invita a acercarte un poco más. No es un fuego cualquiera es un fuego que te quiere regalar un poquito de su paz.
Para ello te invita a pensar en alguien al que te cuesta perdonar, recuerda esa persona con la que no te llevas bien o a quien le has hecho o te ha hecho alguna faena. Con quien te has portado mal. (…)
Piensa su nombre. Di su nombre para ti, lentamente, sin pronunciarlo en alto. (…)
Ves al lado del fuego hay unos papeles y un lapicero. Coge uno de los papeles y el lapicero y escribe el nombre de esa persona o personas con las que has tenido algún conflicto (…)
El fuego del Perdón te invita a tirar el papel dentro de él. Tiras el papel con el nombre o los nombres escritos y vas viendo cómo el fuego lo va quemando y se va convirtiendo en ceniza (…)
El fuego te invita a hacer a ti lo mismo, a deshacer el conflicto. Te invita a perdonar. El fuego quiere liberarte de todo eso. Te quiere regalar su paz (…)
Te sientes un poco más liberado. Sigues sintiendo su calor y su luz y le das las gracias.
Guarda esa paz dentro de ti y poco a poco vas saliendo de la visualización.
Abres los ojos y vuelve de nuevo a tu aula.
Para compartir. ¿Cómo te has sentido?
¿Estás ahora con más paz?
Con esta canción queremos alegrarnos y contagiarnos de paz, alegría, felicidad y amor entre todos los que formamos la clase, el cole, el mundo.
Ojalá estemos todos más unidos para contagiar lo bueno que todos tenemos.
Cuentan que hace mucho tiempo los colores empezaron a pelearse. Cada uno proclamaba que él era el más importante, el más útil, el favorito.
El ROJO comenzó a hablar:
– “Yo soy el color del valor y del peligro. Estoy dispuesto a luchar por una causa. Traigo fuego a la sangre. Sin mí la tierra estaría vacía como la luna. Soy el color de la pasión y del amor; de la rosa roja, la flor de pascua y la amapola. Soy el color de la realeza y del poder. Reyes, jefes de Estado, obispos, me han escogido siempre, porque el signo de la autoridad y de la sabiduría”.
A continuación tornó la palabra el NARANJA:
– “Yo soy el color de la salud y de la fuerza. Puedo ser poco frecuente pero soy precioso para las necesidades internas de la vida humana. Yo transporto las vitaminas más importantes. Pensad en las zanahorias, las calabazas, las naranjas, los mangos y papayas. No estoy, todo el tiempo dando vueltas, pero cuando coloreo el cielo en el amanecer o en el crepúsculo mi belleza es tan impresionante que nadie piensa en vosotros”.
El AMARILLO soltó una risita:
– “¡Vosotros sois tan serios! Yo traigo al mundo risas, alegría y calor. El sol es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son amarillas. Cada vez que miráis a un girasol, el mundo entero comienza a sonreír. Sin mí no habría alegría”.
El VERDE dijo:
– “Sin duda, yo soy el más importante. Soy el signo de la vida y la esperanza. Me han escogido para la hierba, los árboles, las hojas. Sin mí todos los animales morirían. Mirad alrededor y veréis que estoy en la mayoría de las cosas”.
El AZUL interrumpió:
– “Tú sólo piensas en la tierra, pero considera el cielo y el mar. El agua es la base de la Vida y son las nubes lasque la absorben del mar azul. El cielo da espacio, paz y serenidad. Sin mi paz no seríais más que aficionados”.
El VIOLETA habló mucho más tranquilamente que los otros, pero con igual determinación:
– “Pensad en mí. Soy el color del silencio. Raramente repararéis en mí, pero sin mí todos seríais superficiales. Represento el pensamiento y la reflexión, el crepúsculo y las aguas profundas. Me necesitáis para el equilibrio y el contraste, la oración y la paz interior”.
Así fue como los colores estuvieron presumiendo, cada uno convencido de que él era el mejor. Su querella se hizo más y más ruidosa. De repente, apareció un resplandor de luz blanca y brillante. Había relámpagos que retumbaban con estrépito. La lluvia empezó a caer a cántaros, implacablemente. Los colores comenzaron a acurrucarse con miedo, acercándose unos a otros buscando protección.
La LLUVIA habló:
– “Estáis locos, colores, luchando contra vosotros mismos, intentando cada uno dominar al resto. ¿No sabéis que Dios os ha hecho a todos? Cada uno para un objetivo especial, único, diferente. Él os amó a todos.
Dios quiere extenderos a través del mundo en un gran arco de color, como recuerdo de que os ama a todos, de que podéis vivir juntos en paz, como promesa de que está con vosotros, como señal de esperanza para el mañana”.
Y así fue como Dios usó la lluvia para lavar el mundo. Y puso el arco iris en el cielo para que, cuando lo veáis, os acordéis de que os tenéis que tener en cuenta unos a otros.
Jesús, después de elegir a los primeros discípulos y estar un tiempo con ellos anunciándoles la buena noticia que Dios trae a todos, volvió a su pueblo: Nazaret.
Fue a la sinagoga, donde se reunían a rezar todos los sábados y leyó la lectura: «Dios quiere que todos sean felices y nadie viva enfermo, sin libertad…»
Después de ver el vídeo hacemos rezamos juntos el “Padre nuestro”.
Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida.
Cerramos los ojos y nos preparamos para hacer las respiraciones.
Inspiramos suavemente. Inspiramos en 1, 2, 3, 4, lentamente soltamos en 1, 2, 3, 4.
Cogemos aire otra vez en 1, 2, 3, 4, y soltamos 1, 2 ,3 ,4.
Inspiramos profundamente y soltamos el aire poco a poco.
Ahora nos preparamos para hacer la siguiente visualización.
Imagina que estás en tu habitación. Estás en la cama y te acabas de despertar. Ves algo raro en tu habitación. Es un paquete grande envuelto en papel de regalo.
Te preguntas quién te habrá dejado ese regalo en la habitación.
Coges el regalo, lo miras bien. Pone tu nombre. Es para ti (…)
No pesa mucho y decides averiguar qué hay dentro. Lo empiezas a desenvolver. Lo haces con cuidado porque igual es algo frágil (…)
Al desenvolverlo, ves que hay una caja en la que también pone tu nombre.
La abres con cuidado y dentro aparecen nombres.
Son los nombres de las personas que te quieren.
Despacio, muy despacio, vas leyendo uno a uno cada nombre (…) Cada una de esas personas son un verdadero regalo.
Ahora entiendes que ese regalo, que está ahora en tus manos, lleva dentro un tesoro. Son las personas que se preocupan por ti (…)
Das gracias por cada una de esas personas y te sientes afortunado, -a por tener en tu vida personas que te quieren (…)
Dejas tu regalo en tu habitación y vuelves de nuevo a la clase.
Vas saliendo de la visualización. Abres los ojos…
PARA REFLEXIONAR:
¿Qué nombres aparecían? ¿Quieres compartir alguno de esos nombres?
¿Cómo te has sentido al leer esos nombres?
En una pequeña aldea vivía un hombre muy pobre que se dedicaba a pedir una ayuda a todos los aldeanos para poder ir viviendo.
Un buen día entró en la aldea un carro lujoso llevando a un Rey sonriente y radiante.
El pobre al ver el carro, pensó “mis días de sufrimiento se han acabado”, “seguro que el Rey en su inmensa generosidad no dejará que pase calamidades y con lo que me pueda dar me servirá para poder vivir tranquilo el resto de mis días”.
Y así, se acercó al rey confiado en que se apiadaría de su situación.
El rey al verle acercarse y antes de que el mendigo pudiese abrir la boca le preguntó:
– “Buen hombre, ¿qué tienes para darme?”
El mendigo se quedó sorprendido ante su pregunta. ¿Cómo era posible que el Rey, que iba montado en un carro de oro y lleno de riquezas, le pidiese a él algo? ¿Acaso no se había dado cuenta que era muy pobre y que no tenía nada para darle?
Sin embargo el mendigo no quiso contrariar a su señor y metió la mano en la alforja llena de granos de arroz.
De ella sacó un grano de arroz y se lo entregó al Rey.
El Rey, se guardó el grano de arroz, se subió de nuevo a su carro de oro y se marchó.
El mendigo se quedó muy apesadumbrado ante la actitud del Rey.
Sin embargo, al final del día, al vaciar su alforja, entre los granos de arroz descubrió ¡un grano de oro!.
Qué amargamente lloró por no haber sido más generoso con el rey y haberle dado un puñadito de arroz.
Para reflexionar:
¿Tú eres de los que siempre pides o de los que sueles dar a los que te piden?
¿Te ofreces a ayudar o siempre eres el último en echar una mano en el grupo?
Hacer milagros como el que hizo Jesús en una fiesta es muy difícil.
Pero hacer pequeños milagros hoy en clase o en casa no es tan difícil.
Por ejemplo: echar una mano al que te pide ayuda, tener ordenada mi mesa, mi mochila, mis juguetes, mi habitación, estar atento en clase y no distraerme ni distraer a los compañeros, decir una palabra de ánimo al que veo más triste…
Despues de ver el Vídeo hacemos juntos esta ORACIÓN: Gracias, amigo Jesús por el milagro de la vida, de la naturaleza, de la familia, de los amigos. Muchas gracias por mi vida y por toda la vida que me rodea. AMÉN