Sucedió algo mágico

Hoy traemos a nuestra Máxima de la mañana una historia sencilla, pero bonita.
Después de escucharla podemos dejar un momentito de silencio para que cada uno imagina “algo mágico” que le gustaría que sucediera hoy…

Luna y Chloe

Luna era toda paz y tranquilidad, y se le daba muy bien estar calmada en los momentos en que más lo necesitaba, como antes de un examen o de una excursión.
Y es que sabía que descansar bien era muy importante.
Una noche, su mejor amiga Chloe la invitó a pasar una de esas fiestas de pijamas tan divertidas en su casa pero, en el momento de irse a dormir, la amiga inseparable de Luna no paraba de dar vueltas entre las sábanas.
– ¿Qué te pasa? -Preguntó Luna con curiosidad.
– Nada, que mañana tengo la competición de gimnasia… Y no puedo dormirme.
En ese momento, Luna se acercó a su amiga poco a poco y se puso a su lado, susurrándole:
– Eso es porque estás un pelín nerviosa.
– Sí. Es que… ¿Qué pasa si no me sale alguno de los ejercicios? ¿Y si todo lo que he practicado no me ha servido para nada?
– Es normal que estés así pero, para que todo te salga bien, lo mejor es que descanses y mañana tengas toda la energía que necesitas.
– Pero es que no puedo…

Entonces sucedió algo mágico.
Luna comenzó a hacer ligeros movimientos con sus manos y, de repente, unas cuantas lunas y estrellas, pequeñas y delicadas, luminosas y ligeras, salieron de lo que parecía ser una varita mágica que Luna sostenía en sus manos.
Todas ellas empezaron a rodear a Chloe, haciendo que cerrara los ojos poco a poco y dibujara una ligera sonrisa mientras caía en un profundo sueño.
Al día siguiente, Luna acompañó a su mejor amiga a la competición, y Chloe hizo todos sus ejercicios con la alegría y vitalidad que la caracterizaban, llevándose el aplauso de todo el público y un precioso diploma de premio.
Luna, desde las gradas, vio cómo su mejor amiga era feliz, y estuvo más convencida que nunca de que dormir bien es el primer paso para lograr tus sueños.