Ánimo, levántate

MODALIDAD  Visualización – contemplación                     Evaluación Hara

MÚSICA  BraveHeart – Love

GUION

Esta vez os invito a profundizar, gracias a una visualización, en un texto del Evangelio. Te resultará familiar, se trata de escucharlo e imaginarnos cada uno la escena a nuestra manera, como si pasáramos por allí. Para ello nos preparamos con la “postura básica” y escuchamos el relato con cuatro breves paradas.

TEXTO

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna.

(Imagínale, tirado, expulsado de la ciudad, mendigando,  cegado…)

Al oír que era Jesús Nazareno empezó a gritar:
-¡Hijo de David, ten compasión de mí!

Muchos le regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:
-¡Hijo de David, ten compasión de mí!

(Imagina su sus gritos, las protestas de la gente…)

Jesús se detuvo y dijo:
-Llamadlo.

Llamaron al ciego diciéndole:
-¡Ánimo! Levántate, que te llama.

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.

(Imagina ahora su esperanza, el salto, los pasos a ciegas hacia Jesús…)

Jesús le dijo:
-¿Qué quieres que haga por ti?

El ciego le contestó:
-Maestro, que pueda ver.

Jesús le dijo:
-Anda, tu fe te ha curado.
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

(Repite interiormente el diálogo “¿Qué quieres? Quiero… “  ¿Tú que le pedirías?  Hazlo…
y observa su transformación, ¡puede ver y seguir a Jesús por el camino!

Anotamos

¿Qué “cegueras” pueden paralizarme hoy? ¿Cómo me he imaginado el relato?
Algo que quiera recordar.

 

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Abiertos a la sorpresa

MODALIDAD   Visualización                          Evaluación Hara

MÚSICA  Avatar

GUIÓN

Visualización del objeto (para conectar con el proyecto de vida)

Imagina un gran desierto. Visualiza el color de la arena. El brillo de sus cristales diminutos. Contempla la altura de las dunas, la lejanía del horizonte. (Pausa)

Busca una duna que te guste y siéntate en ella. Siente la suavidad de la arena y deja que la brisa te acaricie. (Pausa)

Observa el cielo, está amaneciendo y desde tu posición en la duna recibes los suaves rayos del sol que te limpian y te llenan de calma. (Pausa)

Ahora introduce la mano dentro de la duna. Sientes el frescor de la arena. (Pausa)
Encuentras algo, un objeto, imagínate que es, lo coges y lo contemplas. (Pausa)

Sigues contemplando el objeto, que el desierto te ha regalado, observa el material del que está hecho, color, forma. Descubre para qué sirve. (Pausa)

Con sumo cuidado y agradecimiento colocas el objeto dentro de la duna. (Pausa)

Observas el cielo, el sol se está poniendo. El color rojo del horizonte se despide de ti. Sales del desierto y vuelves a esta sala. (Pausa)

Anotamos

Brevemente algo de lo que has vivido en este desierto. Pon el objeto visualizado y su utilidad. Reflexiona sobre la información que te proporciona el objeto.

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La paz interior nos hace hermanos

MODALIDAD  Visualización playa + unidos                  Evaluación Hara

MÚSICA  Angels (Enya)

GUION

Estoy sentado con los ojos cerrados…
Me voy alejando de  los ruidos y preocupaciones, comienzo a visualizarme con todo tipo de detalles descendiendo por un camino que desemboca en la playa…
Me veo recorriendo el camino… hace un día cálido, el sol me calienta y la sensación es agradable…
Siento como los pies se hunden levemente en la arena caliente y me gusta, es una sensación agradable, muy agradable…
Veo el azul del cielo… tengo la sensación de estar rodeado de azul un azul que me relaja y me llena, me invade y me sosiega…
Percibo los olores salobres del mar, de la arena, escucho el sonido del viento al filtrarse entre las hojas de unos árboles cercanos…
Me tumbo en la arena caliente y me relaja, los granos de arena comunican su calor a mi espalda y disuelven la tensión como un azucarillo se disuelve en agua caliente…
Junto a mí, tumbados en la arena, a lo largo de la playa, siento a todos mis compañeros de clase. Están disfrutando del mismo sol, del mismo aroma, de la misma brisa…
El mismo sonido del viento entre las hojas nos relaja… El mismo sol, nos hace a todos iguales, nos sentimos cercanos, nos sentimos humanos, nos sentimos hermanos…
Me permito permanecer en este estado unos momentos, sintiendo la conexión y la calma compartidas y me preparo para abandonar el ejercicio…
Regreso a la clase, y tomo conciencia del estado de relajación en que me encuentro, cerca de mi otros compañeros han vivido algo parecido, nos miramos y sonreímos.
Volvemos al jaleo y la rutina del día, pero sabemos que hay algo que nos conecta, que en nosotros hay una paz que nos hace iguales, nos hace a todos hermanos.

Anotamos

¿Te has sentido conectado a tus compañeros?
¿Algo que has descubierto?
¿Qué piensas de que todos somos iguales, hermanos, bajo un mismo sol?
(alusión a la “semana de la paz”, este sería el fundamento de la paz, todos conectados, todos humanos/hermanos)

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Atención a mi interior

MODALIDAD  Relajación                     Evaluación Hara

MÚSICA  Beethoven Moonlight Sonata

GUION

El ejercicio de drenaje

Propósito: Aprender a usar una parte de tu atención para mantener el cuerpo relajado, y demostrar la eficacia que tiene el relajar el cuerpo para aquietar la mente y las emociones.

Nos colocamos en la postura básica.

Ejercicio: Cerrar los ojos. Puedes imaginar todo tu cuerpo con muchas lucecitas rojas encendidas, como los pilotitos de alarma del coche indican zonas que están cansadas o tensas.

Luces que irás apagando al ir poniendo tu atención en ellas. Enfoca la atención hacia tus pies. Deja que caigan a plomo relajados sobre el suelo y suelta toda la tensión de los pies, nota como se van quedando relajados y se apagan los pilotos rojos. Mueve la atención hacia arriba, tobillos, gemelos… trata de dejar que reposen con todo su peso las piernas y así soltar cualquier tensión que pueda estar atrapada. Ahora subir la atención más arriba, a las caderas, dirigiéndola del mismo modo para que suelten toda la tensión. Sentir cómo la gravedad se apodera del cuerpo y presiona hacia abajo. Los puntos de tensión se van apagando.

Traer la atención al abdomen, soltando la tensión que se mantiene guardada allí. Dirigir la atención a la parte baja de la espalda y la cintura, y soltar toda la tensión. Traer la atención al pecho y a la espalda superior, dejando salir la tensión. Llevar la atención al cuello y a los hombros,  deja  que los hombros caigan, dejando salir cualquier tensión. Ahora, cada vez que se expira, pasar la atención por el cuerpo desde los pies hacia arriba, instantáneamente dejando salir cualquier tensión. Si notas alguna zona cargada,  préstale atención para que se relaje. Continuar haciéndolo hasta que sientas la relajación de todo cuerpo. Abrir los ojos al terminar el ejercicio.

Anotamos

¿Recuerdo algún punto rojo más “peleón”?
¿Cómo puedo cuidar y querer a mi propio cuerpo?

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Ohm / «Señor, tú eres mi refugio»

MODALIDAD Mantra                 Evaluación Hara

MÚSICA  Pavana

GUION

LOS MANTRAS, UN CAMINO HACIA EL INTERIOR.
Las religiones orientales, como el hinduismo y el budismo, utilizan numerosas técnicas que ayudan a las personas a entrar dentro de ellas mismas. Una de estas técnicas son los MANTRA.
La palabra Mantra significa en sánscrito “liberación de la mente”. El mantra es, pues, un instrumento para liberar la mente del movimiento constante de pensamientos que la confunden. Un mantra consiste en una sílaba, una palabra, una frase o un texto largo que, al ser recitado y repetido varias veces, va llevando a la persona a un estado de profunda concentración.
Por ejemplo, en el budismo tibetano, el mantra “om mani padme hum” se utiliza para pedir ser más bueno y compasivo. O sencillamente su palabra sagrada: “OHM”.  ¿Quieres probar?
Vamos a experimentar cómo también nosotros podemos servirnos del método de los mantras para entrar dentro de nosotros, en nuestro templo interior, y, desde aquí, encontrarnos con nosotros, con la calma y dirigirnos a Jesús con la frase “Señor, Tú eres mi refugio” u otra palabra o frase, que tu quieras: «gracias», «ohm»,…

(Postura básica)
-Siéntate cómodamente en el pupitre y apoya bien la espalda en el respaldo de la silla… Apoya las manos sobre tus rodillas y relaja poco a poco tus músculos. Cierra los ojos y mantén erguida la cabeza.
– Nota, como has hecho en otros momentos, que tu respiración se va haciendo más acompasada. Concéntrate en el aire que entra y sale por tu nariz. Descubre cómo ese aire es la vida que va alimentando tu cuerpo cada vez.
– Ahora, sin abrir los ojos, vas a repetir con voz muy tenue la frase “Señor, Tú eres mi refugio”. (o la palabra o frase que tú elijas). La repito muy despacio, varias veces. Me concentro en esta frase. Imagina que en una fuerte tormenta, corres a guarecerte en un refugio caliente y acogedor. ¡Qué bien se está aquí!
– Continúa repitiendo esta misma frase; pero ahora lo vas a hacer sin pronunciar ningún sonido. Acompásala a tu respiración. Cuando inspires repites en tu interior: “Señor”; cuando inspires continúas “Tú eres mi refugio”. Hazlo muy despacio y repítelo unos minutos. Si te distraes vuelve a visualizar con calma este refugio en medio de la tormenta.

Ahora, despacio, abrimos los ojos y evaluamos la experiencia comentando cómo nos hemos sentido.

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Un amor que se contagia

MODALIDAD Visualización – Contemplación              Evaluación Hara

MÚSICA  La Misión – On Earth as It Is in Heaven

GUIÓN

Te invito a aprovechar la técnica de la relajación+visualización para poder acercarnos con nuestra imaginación al misterio de la Navidad. Conoces el relato, participaremos de él como uno pastores más.  Prepárate con la postura básica.

Imagina que eres un pastor, durmiendo al raso, pero con una oreja atenta para cuidar las ovejas. Noche estrellada, quizá frío… Pero no puedes dormir, estas preocupado y agobiado. Eres muy muy pobre, ni las ovejas son tuyas, no tienes casa, comida, la gente te mira mal, les inspiras desconfianza y te rechazan… todo eso te hace sentir muy solo/sola y triste cada noche. (pausa)

Pasan las horas y sigues sin dormir, pero notas una sensación estaña, algo especial que no sabes explicar, te incorporas y con sorpresa ves que otros pastores de los alrededores también se han puesto de pie, hablan y se ponen en camino, te unes a ellos, no sabéis que pasa, pero una intuición os ha encendido la esperanza en vosotros y os anima a coger el camino de vuelta al pueblo.

A la afueras, poco antes de llegar al pueblo, en la cueva donde acostumbráis a dejar el ganado muchas noches, veis que hay gente. Tan solo se trata de una pareja, dos jovencitos, pero ella hace poco ha tenido un hijo. Os dan pena, aún son más pobres y parecen más abandonados que vosotros, por eso decidís acercaros y acompañarles un rato. Se les ve contentos, ha pasado el riesgo del parto y parece que todo ha ido bien. Tienen una sonrisa contagiosa, os acercáis aún más y tomáis asiento junto al niño, ¡acomodado en uno de los pesebres en que siempre echáis la paja! Os quedáis mirando al niño, no podéis apartar la vista de él, es tan frágil y delicado que os enternece. Ahí os quedáis, observando al niño y charlando algo con sus padres. Poco, habláis poco, pero te sientes muy a gusto, parece que su sonrisa se te va contagiando. Vuelves a mirar al niño y también su ternura te va transformando. No sabes por qué, pero la angustia de la noche ha desaparecido, estás como embobado con esta pareja que parece buena gente y este bebé tan precioso. Si te atreves puedes animarte a cogerle en tus brazos, María con su mirada te da permiso e incluso te anima. Tú, que solo sabes de ovejas y cabras, te ves con un recién nacido en tus brazos. (pausa)

Pasa el tiempo, un tiempo especial, inexplicable, mágico… y tienes que marchar. Dejas al niño en el pesebre y te despides. Vuelves por el camino hacia el campo donde el rebaño que cuidas empieza a despertar. Te alejas mientras amanece, no sabes qué ha pasado, no sabes por qué, pero si sabes que algo ha cambiado en ti, una paz y una felicidad profunda te habitan, como el sol empieza a brillar, la esperanza en ti ha transformado todos tus miedos. Sientes que la vida es hermosa, que merece la pena, que aunque tan solo eres un pastor que insignificante eres amado inmensamente por ese bebé, por esa familia, y eso lo ha cambiado todo. Les recuerdas, recuerdas lo minutos compartidos… sientes que lo que han escrito en ti ya no se borrará. Sin tampoco entender por qué, elevas tu mirada y tus brazos al cielo, ya completamente amanecido y das gracias a Dios una y otra vez.

Anotamos

Algo de lo que he sentido, visualizado,… que quisiera no olvidar

La invitación a recordar esta escena estos días de navidad.

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Un regalo para mi cansancio

MODALIDAD Automasaje                                                                              Evaluación Hara

MÚSICA  Francisco Tárrega – Recuerdos de la Alhambra

GUIÓN

Nos tomamos unos segundos para llegar a la postura básica. Es importante que al seguir los pasos nos encontremos en una posición que nos permita mantener la espalda recta, ya sea de pie o sentados de esta manera el automasaje será más efectivo, del mismo modo debemos concentrarnos en nuestra respiración procurando realizarla desde el vientre aspirando y espirando de manera suave y paralela al masajeado. Empecemos el «autoshiatsu» o masaje:

– En la base del cráneo:  Para realizarlo entrelazamos los dedos de nuestras manos por detrás de la cabeza. Localicemos con las yemas de los pulgares el borde inferior del hueso del cráneo, por detrás. Cogiendo así toda nuestra cabeza con ambas manos. Con la cabeza inclinada hacia atrás, ejerzamos presión suave con los pulgares, apretando en un punto y luego en otro, como si pulsáramos teclas,  mientras inhalamos y exhalamos descansemos unos segundos y volvamos a realizar.

– Masaje en la nuca:  Para realizar el autoshiatsu debemos masajear la zona de la nuca y los hombros frotando con ambas manos de manera y vigorosa y a la vez. Repitamos hasta que la molestia se haya aliviado y sintamos los músculos relajados.

– Masaje en los hombros: Este masaje, ideal para los hombros rígidos, se lleva a cabo “amasando” los músculos que van del cuello hacia el inicio del brazo, siempre utilizando la mano opuesta al lado que queremos masajear. Una vez que sintamos alivio en un hombro continuamos con el otro.

Anotamos

¿Reconoces algún cambio o efecto de este automasaje en ti? ¿Sueles notar enseguida el cansancio, la sobrecarga muscular, el dolor de cabeza, los nervios o sólo cuando estos síntomas son más fuertes? ¿Qué haces entonces?

 

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“Hijos míos, cuánto os quiero” (JM)

MODALIDAD Lectura – escucha                      Evaluación Hara

MÚSICA  Rene Aubry   La Grande Cascade

GUION

Estamos preparando la Semana de Juan María, hace más 200 años inició su gran sueño: escuelas menesianas para su tierra de Bretaña. Su proyecto pasó a manos de tantos y tantos menesianos que cada día intentamos continuarlo.
Juan María, seguro que habría estado encantado de conoceros, deseando poder escucharos, encantado de estar a vuestro lado…
Han pasado muchos años, pero aún conservamos muchísimas de sus cartas y escritos. No podemos oír su voz, pero si podemos leer sus palabras, seguro que si pudiera estar aquí nos diría algo parecido.
Para escuchar sus palabras, desde el corazón, os propongo que nos dispongamos en nuestra “postura básica” y entre todos pongamos voz a sus frases.
(Cada alumno, según el orden en que están sentados, va diciendo una de las frases de Juan María. Entre una y otra dejamos unos segundos de silencio. Volvemos a quien leyó al principio, si fuera necesario, para terminar de leer todas las frases…)

  1. “Habéis sido llamados a algo grande” (JM)
  2. “Hijos míos ¡cuánto os quiero!” (JM)
  3. “Que el amor reine entre vosotros, sentíos felices con la alegría de los demás y sufrir con sus penas” (JM)
  4. “Mi amor por vosotros sigue siendo el mismo.” (JM)
  5. “Mantén la esperanza aunque todo te invite a desesperar” (JM)
  6. “Recuerda con agradecimiento todo lo que has recibido” (JM)
  7. “Cada dificultad es una oportunidad, un tesoro a agradecer” (JM)
  8. “Confío en que el pequeño grano de mostaza que sembramos cada día crecerá” (JM)
  9. “Suceda lo que suceda, no pierdas la paz, no te desalientes ” (JM)
  10. “Serías el más feliz de los hombres si tratases a todo el mundo con sencillez ” (JM)
  11. “Te asustas de las dificultades y el miedo que las tienes las aumenta.” (JM)
  12. “El Señor está conmigo, ¿A quién temeré? ” (JM)
  13. “Dios nunca nos falla ” (JM)
  14. “Ama y la oración se te hará fácil; ama y todo tu deseo, toda tu alegría será  rezar para amar más aún” (JM)
  15. “¡Cómo me rodea tu amor, Señor, por todas partes!” (JM)
  16. “Ganarás más haciéndote amar que haciéndote temer” (JM)
  17. Desconfía de los aplausos y las alabanzas fáciles” (JM)
  18. “El amor al oro endurece nuestros corazones” (JM)
  19. “Si buscamos la justicia no hay nada que temer”. (JM)
  20. “Mientras estemos unidos, seremos fuertes, seremos felices.” (JM)
  21. “Me gustan los hombres que tienen un corazón que les hace perder la memoria, es terrible no olvidar nada” (JM)
  22. “A veces se está un poco triste y hace mucho bien leer las cartas de aquellos que uno quiere” (JM)
  23. “No me agrada que se fijen en los defectos unos de otros” (JM)
  24. “Dar a conocer y hacer amar a Jesucristo, ¡qué hermosa misión! ” (JM)
  25. “Las obras de Dios no crecen más que en la sombra, y en la noche es cuando cae el rocío de cielo”. (JM)
  26. “Di lo que tengas que decir, pero con humildad y discreción” (JM)
  27. ”Sed sencillos, por la sencillez de vuestra vida os ganareis el cariño de todos” (Gabriel Deshayes)

Anotamos:

¿Con qué frase te quedas? Si te dijeran que tu frase tuya iba a recordarse 200 años después ¿Que frase escribirías?

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Te necesito

MODALIDAD  Visualización                 Evaluación Hara

MÚSICA  Somewhere Over the Rainbow   Israel Kamakawiwo’Ole

GUION

Algo muy especial de Juan María, algo que le llevó a desarrollar tantos proyectos, conocer tanta gente, ser querido y en ocasiones ser perseguido por niños, jóvenes y adultos fue… su forma de mirar. Su mirada, una mirada que tenía una sensibilidad especial. Os proponemos una visualización para entender esta forma de ver la vida, y sobre todo esta forma de ver a cada persona.
Postura básica.
Imagínate por un momento que eres Juan María. Si, Juan María con tu misma edad. Eres un niño/joven paseando por las calles del puerto marítimo de S. Maló. Atardece y el sol cae en el horizonte, la brisa del mar te acaricia y hace frío, pero te paras unos segundos contemplando el mar y el reflejo del sol poniéndose… (silencio) … sencillamente piensas… ¡Qué bonito!
Un ruido te sorprende, son gritos y risas de una patrulla de revolucionarios, traen a atado a un joven al que insultan, parece que es un sacerdote, alguien le ha delatado y van a encarcelarle… Pasan cerca de ti y observas sus caras, el joven preocupado, asustado pero a la vez, extrañamente sereno. (silencio)  … no entiendes nada, se encoje tu corazón al verle y te preguntas ¿por qué le hacen eso? ¿por qué?   Sigues caminando por las calles con cierta rabia e impotencia… y otra pregunta surge en ti: y ese joven, ¿por qué seguía siendo sacerdote? ¿Qué le ha hecho continuar sabiendo que se jugaba la vida?…
Pensando y pensando, te has metido por unas calles de S. Maló que conoces menos, están sucias y tienes cierta sensación de peligro. Continúas. No tardas en doblar otra esquina… y ves a un grupo de chavales de tu edad.  No te acercas, les observas, abandonados, sucios, se meten con la gente, adivinas en su cara dolor y amargura, vacío y soledad… (silencio)  … ¿qué les pasa? ¿cómo es posible que estén tan tristes?…   te dan miedo y vuelves sobre tus pasos, pero no dejas de preguntarte … ¿qué les pasa? ¿qué puedo hacer? Tengo que hacer algo…
Corres a casa, no dejas de pensar, pobres chavales, y yo ¿cómo puedo tener tanta suerte?  Pasas por la catedral, cerrada y prohibida la entrada desde la revolución, aún impactado por lo que has visto entras  te atreves a preguntarle a Dios ¿cómo permites todo esto? ¿por qué no haces nada? … (silencio)…  Ya ha oscurecido cuando llegas a casa, pero en ti empieza a brillar una luz, una intuición, una respuesta a tantas preguntas… “te he hecho a ti, te necesito”.
Esa noche no duermes, en tu cabeza dan vuelta los recuerdos de cada rostro, las preguntas de cada calle…  incluso la puesta de sol, pero sobre todo esa intuición: “te necesito”.

Anotamos:

¿Recuerdas cosas o situaciones que has visto y te han planteado preguntas?
Son muchísimas las situaciones que necesitarían de nosotros (pobreza, ecología, cariño en la familia, buen clima en clase, inmigrantes, ciudadanía, responsabilidad para prepararte bien, barrio, amigos con dificultades…)  ¿hay alguna concreta que te esté pidiendo implicación y compromiso a ti?

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