Me cuido…

Los niños van a relajarse y van a darse un masaje en los brazos.

Nos sentamos en una postura cómoda, con la espalda recta.
Inspiro suavemente para que el aire llegue hasta el vientre. Inspiro, 1, 2, 3, 4, lentamente suelto en 1, 2, 3, 4.
Cojo aire otra vez en 1, 2, 3, 4, y suelto 1, 2, 3, 4.
Ahora cierro los ojos con suavidad, inspiro profundamente y suelto el aire poco a poco.
Mantengo los ojos cerrados y respiro para estar tranquilo.
(Se repite porque a algunos niños les cuesta hacerlo).

Me froto las manos para calentarlas un poco.
Con las manos preparadas, deseo cuidarme, y voy a hacer todo lo posible para sentirme tranquilo, querido y valioso.
Digo en mi interior: “Mis manos van a cuidarme y bendecirme”.

Empiezo el masaje que voy a darme por el brazo izquierdo.
1. – Calentar el brazo. Para ello, paso varias veces la palma de la mano desde el hombro a la muñeca sin hacerme daño. Para terminar el calentamiento, con la mano hueca, doy palmadas por todo el brazo.
2.- Amasar el brazo. Con el brazo ya caliente, comienzo el “amasado” que consiste en masajear como si de plastilina se tratara. Con el dedo pulgar voy haciendo círculos, comenzando desde el hombro y bajando hasta la mano.
3.- Barrer el brazo. Doy unos pases, con la palma de la mano, de arriba abajo del brazo, como si de un barrido se tratara.
4. Manos en el corazón. Pongo la mano izquierda en mi corazón y la derecha encima y así me preparo para darme el masaje en el otro brazo.
Me centro en mi respiración.

(Se deja un momento).

Con los ojos cerrados me deseo todo lo mejor diciendo esta frase en mi interior:
“Me deseo todo lo mejor. Soy valioso e importante”.
(Se repite la frase para ayudar a los niños a que la puedan decir).

Ahora voy a darme el masaje en el brazo derecho.

Froto las manos otra vez. Digo en mi interior: “Mis manos van a cuidarme y bendecirme”.

Cojo aire otra vez en 1, 2, 3, 4, y suelto 1, 2, 3,4.

Ahora voy a darme un masaje en mi brazo derecho:
Inspiro suavemente. Inspiro, 1, 2, 3, 4, lentamente y suelto en 1, 2, 3, 4.
1.- Calentar el brazo. Para ello, paso varias veces la palma de la mano desde el hombro a la muñeca sin hacerme daño. Para terminar el calentamiento, con la mano hueca, doy palmadas por todo el brazo.
2.- Amasar el brazo. Con el brazo ya caliente, comienzo el “amasado” que consiste en masajear como si de plastilina se tratara. Con el dedo pulgar voy haciendo círculos, comenzando desde el hombro y bajando hasta la mano.
3.- Barrer el brazo. Doy unos pases, con la palma de la mano, de arriba abajo del brazo, como si de un barrido se tratara.
4. Manos en el corazón. Pogo la mano izquierda en mi corazón y la derecha encima y me centro en mi respiración.
(Se deja un momento).

Con los ojos cerrados me deseo todo lo mejor y repito en mi interior:
“Me deseo todo lo mejor. Soy valioso e importante”.
(Se repite la frase para ayudar a los niños a que la puedan decir).

Ahora coloco mis brazos sobre las rodillas con las palmas hacia arriba. Y así, poniendo atención en mi respiración, me quedo tranquilo escuchando la música.
https://www.youtube.com/watch?v=caFQIoV9SUU&t=817s
(Dejamos a los niños con la música un ratito.)

Cuento hasta 10 en silencio y poco a poco, a mi ritmo, abro los ojos.

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¿Cómo me he sentido cuando me daba el masaje y me cuidaba?

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