Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y se lo derramó en la cabeza.
Algunos comentaban indignados:
– ¿A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los pobres. (Mc 14)
Este es un trocito del Evangelio de este domingo próximo. Es el Domingo de Ramos y con él se inicia la Semana Santa.
Viviremos unos días especiales en los que recordamos el “derroche de amor” de Jesús, que dio su vida por nosotros.
En el texto que hemos leído también vemos un “derroche de amor” de una mujer, que derrama en la cabeza de Jesús un perfume carísimo…
Además recordamos que ayer, 21 de marzo, es el Día Mundial del Síndrome de Down.
Hoy queremos recordar a todas las personas Down, a sus familias, a quienes les cuidan y acompañan, a sus educadores,… porque cada uno de ellos también son un “derroche de amor”.
Vamos a hacer un gesto: nos ponemos las dos manos abiertas sobre nuestro corazón y permanecemos así un minuto en silencio (recordando a alguna persona Down o pidiendo que nosotros sepamos ser hoy un pequeño “derroche de amor”).