Podríamos estar hablando de que Declan Rice llegó al Arsenal el verano pasado costando 122 millones de euros y convirtiéndose en el futbolista inglés más caro de la historia o simplemente indagando en su trayectoria profesional. Algo que sería habitual en el mundo del deporte.
Pero no.
Hablamos y reflexionamos sobre el punto exacto de decadencia absoluta en el que se encuentra parte de la sociedad hipócrita de la que formamos parte y del afán continuo por decir a la gente, de la peor de las maneras, cosas que nadie ha pedido y que no aportan absolutamente nada.
¿Es normal que Lauren Freyr, una joven de 25 años y actual pareja del jugador, haya tenido que eliminar todas sus fotos de las redes sociales después de que cientos de personas se burlaran de su aspecto física a través de infinitos comentarios acompañados con insultos?
“La gente” le recomienda al jugador que deje a su pareja, con la que lleva 8 años, de la que está enamorado y con la que tiene un hijo en común, “porque puede aspirar a algo mejor y subir sus estándares para adaptarlos al estereotipo de las WAGs”. (esposas y novias de deportistas de élite)
Repugnante.
Personas “preocupadas” por estándares absolutamente falsos e irreales, y abanderando una libertad de expresión que nadie ha pedido, con la teoría que muestra una hipócrita preocupación por la salud.
El jugador, harto, como es de esperar porque esto no puede aguantarlo nadie, respondió y expresó en sus redes lo siguiente:
«Mi mujer es el amor de mi vida y no existe nadie mejor para mí. Los estándares de belleza hoy en día no son realistas y todo el mundo se ha vuelto loco por culpa de las redes sociales (…) Ella ha estado conmigo desde que yo no era nadie. No me importa lo que diga la gente, estaré contigo para siempre».
Gente aconsejándole a un hombre exitoso que tiene que estar con una mujer que cumpla con una normatividad cada vez menos normal y real.
Reflexionemos.
Y no participemos en este circo.
Por salud mental aunque sea.