El viajero

Hoy, en la máxima, vamos a leer la historia de un viajero…

Hace tiempo que un viajero, en una de sus vueltas por el mundo, llegó a un país diferente.
Le llamó la atención la belleza de sus arroyos que cruzaban los campos, los sembrados.
Cuando había caminado ya un rato, se encontró con las casas del pueblo, sencillas coloridas y con puertas abiertas de par en par.
¡No podía creerlo!. Él venía de un lugar muy distinto…

Se fue acercando, pero su sorpresa fue mayor cuando tres niños, que eran hermanos, salieron a recibirlo y lo invitaron a pasar.
Los padres de los niños invitaron al viajero a quedarse con ellos unos días.

El viajero aprendió muchas cosas, por ejemplo, a hornear el pan, trabajar la tierra, ordeñar las vacas,…
Pero había una cosa que no entendía bien…
Algunos días, en varias ocasiones el papá la mamá y los hermanos se acercaban a una mesita donde habían colocado las figuras de María y José, un burrito marrón y una vaca.
Despacito dejaban una pajita entre María y José.
Con el correr de los días el colchoncito de pajitas iba aumentando y se hacía más mullido.

Cuando le llegó al viajero el momento de partir, la familia le entregó un pan calientito y frutas para el camino, lo abrazaron y lo despidieron. Ya se iba cuando dándose vuelta les dijo:
– Me gustaría preguntarles una cosa antes de irme.
– Qué quieres preguntarnos – le contestaron.
Y el viajero entonces preguntó:
– ¿Por qué iban dejando esas pajitas a los pies de María y José?

Ellos sonrieron y el niño más pequeño respondió:
Cada vez que hacemos algo con amor, buscamos una pajita y la llevamos al pesebre.
Y así vamos preparando para que, cuando llegue el niño Jesús, María tenga un lugar para recostarlo.
Si amamos poco, habrá pocas pajitas y el niño pasará frio.
Pero si amamos mucho, Jesús va a estar más cómodo y calientito.

El viajero por fin lo entendió…
Sintió ganas de quedarse con esa familia hasta la Nochebuena.
Pero una voz dentro de él lo invitó a seguir viajando y llevar a otros pueblos lo que había conocido.
Sobre todo hablarles de los corazones sencillos, tan llenos de amor, como los aquella familia que había conocido…

Para compartir:
Algún detalle que me ha gustado de esta historia.
¿Qué podemos hacer hoy hacer realidad lo que nos cuenta la historia?