Jesús aprendió de José el valor del trabajo

Hoy despedimos este mes de abril. Hemos disfrutado con un mes de lluvias y de sol. Hemos celebrado la Semana Santa y la Pascua. Hemos podido disfrutar más de nuestra familia con los días de vacaciones
Agradecemos esta mañana todo lo que hemos vivido…
Dejamos un minuto en silencio (podemos cerrar los ojos…) para recordar algo bonito de este mes y dar gracias a Dios Padre por ello…
(Pausa)

Y mañana es la fiesta del 1 de mayo.
Es la Fiesta del Trabajo y por eso recordamos a todos los trabajadores, para que sean felices en su trabajo.
También recordamos a las personas que no tienen trabajo, para que puedan encontrarlo pronto.

Los cristianos también celebramos mañana una fiesta muy importante y bonita: San José Obrero.
San José, esposo de María y padre de Jesús es el “Patrono de los trabajadores” porque era carpintero y con su trabajo colaboró a sostener la casa de la Sagrada Familia.
Jesús aprendió de José el oficio de carpintero y le ayudaba en sus tareas.

 

La Pascua ya llegó

¡Jesús resucitó, la Pascua ya llegó!
Jesús vive y tenemos que anunciar que él es luz y vida nuestro camino.
Por eso nos alegramos y disfrutamos con esta canción. “Vive”, de Unai Quirós, con los dibujos de Fano.

Después de la canción rezamos juntos esta ORACIÓN:

Jesús, hermano y amigo nuestro,
tú has resucitado y vives para siempre.

Llénanos con tu paz y tu alegría,
para que nuestra vida sea un reflejo de tu vida.

 Que todos los que nos vean sepan que tú has resucitado,
que estás vivo para siempre. Amén

 

Vivir alegres y en paz

Hace unos meses celebrábamos el nacimiento de Jesús en Belén, celebrábamos la Navidad.
Jesús fue creciendo y aprendiendo de sus padres, José y María viviendo en su pueblo de Nazaret.

Cuando tenía unos 30 años comenzó a enseñar en todos los pueblos la “Buena Noticia de parte de Dios”. Que Dios nos ama y quiere que seamos felices. Que hay muchas injusticias en el mundo y debemos ayudar a que los que menos tienen puedan vivir dignamente y ser también felices. Que todos somos hijos de Dios y hermanos, que debemos amarnos, ser buenos y perdonar a los que nos hacen daño. Que debemos ser generosos con quienes necesitan de nuestra ayuda.

Jesús reunió un grupo de amigos que le seguían de aldea en aldea y también anunciaban la “Buena Noticia de parte de Dios”. Durante tres años fueron recorriendo toda la tierra de Galilea y Judea y participando en las fiestas de los judíos en Jerusalén, la capital.

Una de las veces que fueron a Jerusalén, para celebrar la Pascua, Jesús entró a la ciudad montado en un burro. Toda la gente estaba muy feliz de verlo recorrer las calles. Lo aclamaban, lo aplaudían y movían ramas de palma y de olivo en señal de alegría. Todas las personas lo amaban mucho y le decían:

¡Hosanna al hijo de David!

Sin embargo, los dirigentes religiosos de Israel se pusieron furiosos, porque Jesús decía que era el hijo de Dios y no soportaban que la gente amara y siguiera tanto a Jesús. Y comenzaron a pensar cómo apresarlo para poder matarlo sin que la gente se rebelara contra ellos.
Decían: “¡Todos van detrás de él. Debemos hacer algo para impedir que el pueblo lo siga!

Una noche en que Jesús reunió a sus amigos para cenar con ellos (él sabía que iba a ser la última cena con ellos antes de que lo mataran) les dijo: Tomad y comed de este pan, porque desde hoy, cada vez que lo hagáis en recuerdo mío este pan será mi Cuerpo. Tomad y bebed este vino, porque desde hoy, cada vez que lo hagáis en recuerdo mío este vino será mi Sangre.

Uno de sus amigos lo traicionó y dijo a los dirigentes religiosos de los judíos: ¿qué me dais si os lo entrego?
Ellos le ofrecieron 30 monedas de plata y así fue como apresaron a Jesús…
Esos dirigentes llevaron a Jesús a las autoridades romanas, que eran quienes podían condenar a muerte a las personas que cometían algún delito.
Aunque Jesús no había hecho nada malo, lo condenaron a muerte y lo crucificaron, que era una forma de morir muy dolorosa.

Sus discípulos huyeron de miedo al ver que habían matado a Jesús…

Pero Dios, el Padre Bueno, al que Jesús llamaba “Abba” (Papá) resucitó a Jesús, lo devolvió a la vida.
Pasaron cosas extraordinarias:
– Unas mujeres fueron a llevar perfumes a la tumba de Jesús, pero vieron que la piedra que cerraba estaba movida
– Unos ángeles se les aparecieron y les dijeron que Jesús ya no estaba allí, que había resucitado.
– El mismo Jesús se apareció a otra mujer, que se llamaba María, pero ella no lo reconoció…
– Dos discípulos fueron a ver el sepulcro y se encontraron las vendas con las que envolvieron en cuerpo de Jesús en el suelo…
– Dos de sus discípulos se volvían a su pueblo, desanimados, y en el camino se encontraron a uno que se puso a caminar con ellos… Ya en casa, al cenar, el desconocido bendijo el pan y se lo repartió. Entonces recordaron que eso mismo había hecho Jesús en la Última Cena y se volvieron a contárselo a sus compañeros.

Hasta que Jesús mismo se les apareció a todos reunidos y les dijo: ¡Alegraos!, ¡No tengáis miedo! No veis que estoy vivo…
Aunque estaban muy contentos con esas palabras algunos dudaban de que Jesús estuviera vivo de verdad y hubiera resucitado… por eso el mismo Jesús se les apareciendo varias veces para decirles: “Soy yo, estoy vivo y quiero que viváis alegres y en paz”.

«Paz a vosotros»

El Evangelio de este domingo nos cuenta que los discípulos de Jesús estaban encerrados y llenos de miedo, por si los judíos pensaban matarles a ellos también, como a Jesús.

Así nos lo cuenta el evangelista Juan:
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros». (Jn 20)

Lo vemos en el vídeo:

 

Tu luz me alegra

 

LOGO HARA

Logo HARA

Nos sentamos en una postura cómoda, con la espalda recta.
Inspira suavemente para que el aire llegue hasta el vientre. Inspira, 1, 2, 3 y 4. Lentamente suelta en 1, 2, 3 y 4.

Coge aire otra vez en 1, 2, 3 y 4 y suelta en 1, 2, 3 y 4.
Ahora cierra los ojos con suavidad, inspira profundamente y suelta el aire poco a poco.

Música: https://www.youtube.com/watch?v=UDULCZERMW4

Imagina un lugar en el campo o montaña, al que te gustaría ir.
Para ti, es un lugar bello y mágico en el que todo es posible.
Ahora, elige un lugar en el que parar y descansar.
(Pausa)

Siéntate y escucha la música.

Observa todo lo que te rodea.
Miras a tu alrededor y ves una luz que ilumina todo. La luz te calma y te protege.

Es la luz de Jesús resucitado, que te guía y te acompaña.
En este lugar te encuentras seguro, te sientes contento, feliz, en paz…
(Pausa)

Observas también, todas las flores de diferentes colores, los árboles, animalillos…
El sol está hoy resplandeciente. Te sientes feliz de ver todas las cosas bonitas y maravillosas que te rodean y te sientes en paz.
Haz una inspiración profunda.

Repite en tu interior: “Me siento feliz y en paz”.

Con esta energía, nos mantenemos en reposo, sintiendo, y respirando tranquilamente.
(Pausa)

Ahora, poco a poco, sin prisas, cada uno a su ritmo, abre los ojos.

Para compartir:
¿Cómo me he sentido?
¿Qué lugar he elegido para descansar y por qué?

 

¡Jesús está vivo!

El domingo pasado, en medio de las vacaciones, celebramos la fiesta más importante de los cristianos: la Pascua de Resurrección.
Hoy nos alegramos de encontrarnos después de las vacaciones de Semana Santa y también nos alegramos porque Jesús está vivo y nos da una vida renovada, alegre, feliz…
Por eso en este tiempo de Pascua los cristianos solemos decir: ¡Jesús está vivo, Aleluya!

1-3 Primaria

 4-6 Primaria

Cuidemos de la Madre Tierra

El 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra.
Es un día para recordar lo importante que es cuidar de nuestra Madre Tierra… pero sabemos que cuidar de ella es una misión que tenemos todos los días del año.

1-3 Primaria

Vamos a ver este vídeo para aprender cómo podemos cuidar mejor de nuestra Madre Tierra

 

3-6 Primaria

Con este vídeo vamos a disfrutar de la naturaleza y a unirnos a la oración para que cuidemos la vida y la belleza y seamos protectores de nuestra Madre Tierra.

Lavar los pies

Hay un gesto que hizo Jesús en la Última Cena que es muy importante.
Lo recordaremos mañana, Jueves Santo.
Jesús se quitó el manto y se puso una toalla en la cintura.
Después tomó una jarra con agua y una palangana y se puso a lavar los pies a sus discípulos.
Ellos no lo entendieron, porque en aquella cultura y en la época de Jesús, eran los esclavos los que lavaban los pies a sus señores…

Pero después los discípulos lo entendieron: Jesús les pedía ser servidores, cuidar a los que más lo necesitan, acercarse a los más pobres, cuidar a los que nadie cuida, querer a los que nadie quiere…

Vemos en este vídeo ese momento tan importante para Jesús y para todos los que queremos seguirle…

 

Acompañar a Jesús

Al iniciar este día de Martes Santo vamos a hacer una oración que se titula: “Acompañar a Jesús”.

Queremos acompañar a Jesús
en su camino hacia Jerusalén
para celebrar la Pascua.

Sabemos, Jesús,
que ese camino no fue fácil para ti.
Fue un camino de sufrimiento,
y de entrega de tu vida.

Pero fue un camino de amor.
Al dar tu vida por nosotros
nos abriste el camino para vivir como resucitados.

Al lavar los pies a tus amigos
nos enseñaste el camino para ser felices:
lavarnos los pies unos a otros,
ser personas que sirven, que cuidan, que ayudan.

Te damos gracias, Jesús,
por aceptar el camino que te llevó a la cruz.
Nosotros queremos acompañarte por este camino
porque es el camino de la resurrección. Amén

Jesús aclamado por la gente

Ayer celebramos el Domingo de Ramos… recordando cuando Jesús entró en Jerusalén y fue aclamado por la gente que cortaba ramas de olivo y las ponía en el camino por donde iba a pasar…
Estamos ya en la Semana Santa. Es una semana muy importante para los cristianos porque recordamos y celebramos que Jesús murió y resucitó por nosotros, para tengamos vida plena y feliz.
Recordamos en el vídeo de animación estos días de la celebración de la Pascua.