Hoy, lunes, empezamos también con un cuento…
Lucas era un niño alegre que iba al colegio todos los días. Un día, en el recreo, su amigo Pablo tropezó y se le cayeron todos los libros al suelo. Lucas corrió a ayudarlo a recogerlos y le dijo:
—No te preocupes, amigo, aquí estoy para ayudarte.
Pablo sonrió y agradeció mucho el gesto. Ese día, Lucas aprendió que un pequeño acto de bondad puede hacer sentir muy feliz a alguien.
Pasaron los días, y cuando Lucas olvidó su merienda, Pablo se la compartió sin dudar. Así comprendieron que la bondad se multiplica, porque cuando somos buenos con otros, ellos también lo son con nosotros. Desde entonces, Lucas y Pablo se esforzaron en ayudar y ser amables cada día, haciendo que su colegio fuera un lugar más feliz para todos.
Para terminar, cada uno, en un momentito de silencio, piensa cómo hacer realidad hoy este cuento en el cole, en casa, con los amigos,…