Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida, como si un globo que flotara sobre ella, tirase de la cabeza suavemente hacia arriba.
¿Estás listo?

Inspira suavemente para que el aire llegue hasta el vientre. Inspira, 1, 2, 3 y 4: Lentamente suelta en 1, 2, 3 y 4.
Coge aire otra vez en 1, 2, 3 y 4 y suelta en 1, 2 ,3, 4.

Ahora cierra los ojos con suavidad, inspira profundamente y suelta el aire poco a poco.
Escucha esta música:

https://www.youtube.com/watch?v=HQNRDE4_lZE

Estás en un bosque. Comienzas a andar por él.
En tu camino, escuchas los sonidos del bosque,… sientes su aroma,…
Camina lentamente y disfruta de la naturaleza…

(Se deja un poquito de tiempo escuchando la música)

Ahora te diriges hacia un árbol que ves en el centro del bosque.
Está cargado de vida. Es inmenso. Obsérvale y acércate a él.

Te abrazas al árbol.
Notas como el árbol centenario te acoge y te aporta descanso y paz.
Aparece la confianza, la ternura y la alegría en ti.

(Pausa)

Te pones a su lado, con los brazos abiertos, mientras respiras el aire fresco y sientes el calor del sol.

Te despides con agradecimiento del árbol, y sigues paseando y contemplándolo.

(Pausa)

Has llegado al fin del bosque. Te despides con agradecimiento de todo lo que has visto y observado.

Das gracias por el regalo de la naturaleza, árboles, flores, animales…

Repite en tu interior:
“Gracias por acogerme en este camino que voy haciendo”.

Ahora, lentamente, y a tu ritmo, abre los ojos.

Para compartir:
¿Cómo me he sentido?
¿Qué es lo que más me ha gustado de lo que he visto?