El nacimiento de un sueño…

 

El 8 de septiembre de 1780 nació Juan María de La Mennais, Fundador de los Menesianos.
Ese día se celebra la fiesta del nacimiento de la Virgen María, madre de Jesús, a la que nuestro Fundador tuvo siempre un cariño especial.

Juan María nos ha escrito hoy estas palabras recordando su nacimiento. Las leemos despacito… Luego podemos comentar alguna cosa que nos ha gustado más de su carta.

¿Conocéis Saint-Malo?
Es una preciosa ciudad amurallada del norte de Bretaña, en Francia.
Allí nací yo, el 8 de septiembre de 1780 y ahí pasé mi infancia.
Al entrar en la ciudad por puerta de San Vicente encontraréis la casa donde nací. Es una bonita y amplia mansión en la que vivía mi familia.
Cerca está la preciosa catedral, en la que me bautizaron el mismo día de mi nacimiento, bajo el nombre de Juan María.
Nuestro padre, Pedro Luis Robert, era armador. Era el dueño de varios barcos. Negociaba con muchos países Holanda, Inglaterra, España, Estados Unidos…
Él siempre nos dio a sus hijos ejemplo de generosidad al servicio de los pequeños y de los necesitados.
En una ocasión, salvó a mucha gente de toda Bretaña de morir de hambre debido a las pésimas cosechas, al comprar una cantidad considerable de trigo que trajo con sus barcos y repartió entre la población.
Fue tan importante que el mismo rey Luis XVI le concedió un título de nobleza. Desde ese momento pasaría llamarse Pedro Luis Robert de la Mennais y de ahí viene mi apellido que os es tan familiar.
Nuestra madre, Graciana, era una mujer muy culta y religiosa. Sabía algo de música y tocaba el violín. Con ella rezábamos muchas veces… Ella era la alegría de nuestra casa.
Desgraciadamente, falleció muy joven, cuando yo tenía solo 7 años!.
De mis 5 hermanos solo María y Feli vivieron bastantes años. Los otros tres murieron también jóvenes…
Desde muy niño tenía un sueño: ayudar a las personas necesitadas de mi cuidad. Por eso, en la época de la Revolución Francesa, cuando perseguían y mataban a muchos sacerdotes, yo solía pasear por las calles de Saint Malo y, cuando veía a alguien solo y asustado le decía:
– “Ud. es sacerdote ¿verdad? Venga a casa de mi padre, le ayudaremos. Soy Juan María de la Mennais”.
Más tarde, cuando ya era sacerdote, mi sueño más importante fue buscar, junto con mi amigo Gabriel, a jóvenes que quisieran ser buenos maestros de los niños y niñas que no tenían escuela.
Pero de eso os hablaré otro día…

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