Mis manos: un regalo

LOGO HARA

Hoy, como cada jueves, nos toca hacer una máxima un poco más especial.
¿Estás listo?

Música de ambientación para el ejercicio de hoy

Antes de comenzar, siéntate en la postura HARA:
Espalda recta, bien apoyada en el respaldo de la silla.
Pies en contacto con el suelo.
Manos sobre la mesa o sobre los muslos, como prefieras.
Cabeza recta, como si un hilo invisible tirara de ella.

Mantén los ojos abiertos y escucha atentamente las instrucciones.

Extiende las manos sobre la mesa, a la distancia suficiente para que puedas observarlas con detalle.

Hoy te invitamos a «redescubrir» tus manos.
A detenerte a mirarlas y prestar atención a cada rincón de ellas.
(Pausa)

Tómate tu tiempo para observar, con la calma que genera la música de fondo, cada línea, cada forma.

(Damos tiempo para observar, siguiendo, a partir de ahora, con mucha calma)

Los nudillos. Las uñas.
(Pausa)

Revisa cada detalle, aquello que las hace especiales y únicas.
(Pausa)

Mira detenidamente tanto la palma como el dorso.
(Pausa)

Comprueba el tacto: si están suaves o, por el contrario, algo ásperas.
(Pausa)

Presta atención a las sensaciones: si están frías porque acabas de llegar del exterior, o si, por el contrario, están calientes.
(Pausa)

Tus manos, así, tal y como son, son un auténtico regalo.
(Pausa)

Te permiten escribir, trabajar o descubrir.
(Pausa)

Con tus manos cuidas, abrazas, creas lazos, acaricias, ayudas, sujetas a quien no puede,…
(Pausa)

Tus manos pueden servir para hacer lo bueno o, por el contrario, para destruirlo.
(Pausa)

¿Para qué quieres usarlas tú?

Levanta tu mirada y reflexiona sobre lo que acabas de observar.

Compartimos:
¿Has descubierto algo en lo que nunca antes te habías fijado?
¿Habías observado alguna vez tus manos?
¿Cómo quieres usar tus manos?

Para hoy:
Toma conciencia de lo importantes que son tus manos.
Hoy presta atención a cómo y para qué las usas.