Cuidamos nuestras palabras

Todos podemos colaborar a que nuestra clase, nuestro cole sea un lugar donde estemos tranquilos, contentos, en paz con los que hacemos y decimos.
El cuento de hoy nos propondrá reflexionar acerca de la importancia de nuestras palabras.

EL SACO LLENO DE PLUMAS

Había una vez un hombre que mintió gravemente sobre un amigo suyo, y todo por la envidia que le daba al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que había caído sobre su amigo debido a sus malintencionadas mentiras.

Fue entonces cuando decidió visitar a un hombre muy sabio, a quien le dijo:
– Quiero arreglar todo el mal que he hecho a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?

A lo que el sabio respondió:
– Coge un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suéltalas una a una por donde vayas.

El hombre, muy contento y satisfecho por lo fácil que parecía la tarea, cogió el saco lleno de plumas y al cabo de un día ya había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo:
– Ya he terminado.

El sabio le contestó:
– Has hecho la parte más fácil de la tarea. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas.

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba. Apenas pudo juntar un pequeño puñado. Al volver, el hombre sabio le dijo:
– Lo mismo que no has podido juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así también el mal que hiciste voló de boca en boca. El daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que en su momento hiciste.

Compartimos:
¿Qué puedes aprender de este cuento?
¿Te recuerda este cuento a algo que hayas visto en el cole?

Para hoy:
Cuidamos nuestras palabras para que no hagan daño a nadie.

gin ez diezaioten.