Lazos que nos unen…

Nos sentamos cómodamente en la silla, apoyamos los pies en el suelo, las manos sobre las piernas y la cabeza erguida, como si un globo que flotara sobre ella, tirase de la cabeza suavemente hacia arriba.

¿Estás listo?
Inspira suavemente para que el aire llegue hasta el vientre. Inspira, 1, 2, 3, 4. Lentamente suelta en 1, 2, 3, 4.
Coge aire otra vez en 1, 2, 3, 4 y suelta 1, 2 ,3 ,4.
Ahora cierra los ojos con suavidad, inspira profundamente y suelta el aire poco a poco.

Vamos a hacer un viaje. Cada uno va a llevar una mochila.
Cada uno piensa qué quiere poner en ella.
Quizá necesitemos agua, comida, una linterna, un libro por si queremos leer, lápices, un juguete…

(Ponemos la música suave)

https://www.youtube.com/watch?v=4IOKI9h9174

Respira profundamente y… estás, en un país al oeste de África.
Vas paseando en la selva, entre los árboles.
Estás tranquilo. Caminando despacio y fijándote en todo lo que te rodea: los árboles, las plantas, los animales.
¿Puedes ver algún animal?
Te gusta este lugar. Es agradable y te sientes seguro.

De repente a tu derecha, sientes cómo te llaman.
Miras, y… es un niño. Un niño de tu edad.
El niño te mira con una gran sonrisa, te coge de la mano y te lleva hasta su aldea.

Quiere enseñarte dónde vive. Te enseña su casa, dónde juega y la escuela.
Es una escuela diferente a la nuestra. No tienen tantas cosas como nosotros.
Los niños aprenden muchas cosas importantes para ellos, cantan y se lo pasan muy bien.

Me paro, le miro a los ojos, abro mi mochila y le regalo uno de los lápices de colores…
El niño se pone muy contento y me regala una figurita de madera que él ha hecho…
Me dice adiós con una gran sonrisa y me despido de él. Nos damos un abrazo.

A partir de ahora tengo un amigo del que me acordaré cada vez que vea su figurita.
Espero que él también se acuerde de mí.
¡Hay un hilo invisible, un lazo de amistad que nos une!

Realizamos una inspiración profunda y soltamos el aire lentamente.
Inspiramos y soltamos en 1, 2, 3, 4…
Dejamos un momento en silencio y… poco a poco, cada uno a su ritmo, abre los ojos.

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