Quédate con nosotros

Dos discípulos de Jesús iban andando el primer día de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unos kilómetros de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Ya cerca de la aldea donde iban, Jesús hizo un gesto de seguir adelante; pero ellos le dijeron:
– Quédate con nosotros, porque atardece y el día está terminando.
Y Jesús entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio.

A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. (Lc 24)

 

 

 

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