«¡Hijos míos, demos todo!». Juan María

Hoy es el último día de clase de este mes de noviembre, el mes de nuestro Fundador: Juan María de La Mennais.
Hemos recordado sus mensajes, sus pensamientos, hemos celebrado juntos su fiesta…
Sólo nos queda decir: «¡DEMOS TODO!», pongamos en práctica los mensajes que hemos descubierto día tras día.

Este domingo comenzaremos el tiempo de ADVIENTO.
Es un mes para vivir lo que hemos aprendido de Juan María y así prepararnos a la fiesta de Navidad, al nacimiento de Jesús.

¡Que disfrutemos de este tiempo tan especial para todos!

1-3 Primaria

4-6 Primaria

 

 

Agradecidos

LOGO HARA

«Recuerda con agradecimiento lo que has recibido». Juan María

HARA MODALIDAD: «GESTOS CON VALOR»

Hoy, como cada jueves, os invitamos a comenzar la mañana de la mano de la máxima HARA. Un tiempo para vivir juntos el LEMA de este año: “Soñemos”.

Juan María, en su frase de hoy, nos habla del valor de la gratitud, de la capacidad de agradecer, pilar fundamental en las primeras escuelas y comunidades que soñó.

Cuando alguien nos da las gracias, nos sentimos reconocidos por esa persona. De la misma forma, cuando somos nosotros los que damos las gracias, nos damos cuenta de que valoramos más lo que otros hacen por nosotros.
Estos dos gestos nos ayudan a estar más cerca de los demás.
La máxima de hoy nos permitirá experimentarlo.

Con nuestra silla, nos colocamos por parejas. Uno frente a otro.
A continuación, nos sentamos en la postura HARA. Os ayudará a enfocar vuestra atención.
– Espalda recta, bien apoyada en el respaldo de la silla.
– Pies en contacto con el suelo.
– Manos sobre la mesa o sobre los muslos, como prefiramos.
– Cabeza recta, como si un hilo invisible tirara de ella.

Es importante tomar relajar nuestro cuerpo y colocarnos correctamente, para que nuestro cuerpo no sufra.

https://www.youtube.com/watch?v=gArIvTJdrEc

Nos relajamos con la ayuda de la música.
Cerramos los ojos y prestamos atención a nuestra respiración.
Sin ir más rápido ni más lento, nos fijamos cómo nuestro cuerpo coge aire y, poco a poco, lo suelta.
Notamos cómo nos vamos tranquilizando y concentrando en el aquí y el ahora.

Continuamos con los ojos cerrados.
Ahora vamos a pensar en la persona que tenemos delante: quién es, cómo nos hemos conocido, si nos vemos en otros lugares, además de en el cole, en cómo nos hablamos,…
(Pausa).

Piensa por qué quieres darle gracias hoy.
(Pausa)

Cuando estés listo, levanta la mano para que el profesor pueda ver quién tiene la respuesta y quién necesita un poco más de tiempo para pensarla.
(Esperamos a que todos hayan levantado la mano antes de continuar.)

Abrimos los ojos y compartimos con la persona a la que tenemos enfrente por qué le damos gracias hoy…

Para compartir:
¿Cómo me he sentido?
¿Qué es lo que más me ha gustado?

«Abrid los oídos del corazón». Juan María

La música nos une a los demás, estrecha los lazos, y hoy vamos a escuchar una canción que nos une, que habla de la escuela menesiana, la escuela que Juan María quería: “¡Atrévete!”

Hoy, como dice Juan María, estamos invitados a «abrir los oídos del corazón».
Escuchamos la canción y prestamos atención a la letra.
Podemos animarnos a cantar aquellas partes que sabemos mejor… para vivirla y a sentirla.

Después compartimos la frase que más le gusta a cada uno…

“Tenéis que educar dando a conocer a Jesús”. Juan María

El día 26 de noviembre recordamos de forma especial a Juan María, fundador de los Menesianos. Él murió el día 26 de diciembre de 1860, pero como coincide con las fiestas de Navidad lo celebramos un mes antes…

Vamos a ver un vídeo cortito que cuenta los últimos momentos de su vida y lo que les dice a los Hermanos, lo que nos dice hoy a los Menesianos:
“Nunca olvidéis que tenéis que educar dando a conocer a Jesús”

Después de ver el vídeo hacemos despacio esta ORACIÓN:

GRACIAS
Gracias, Señor, por poner en mí

la semilla de tu amor.
Gracias por tu amistad.
Gracias por los lazos de cariño
con los que me unes
a mi familia, a mis amigos,…

AQUÍ ESTOY
Que mi amistad contigo, Señor

sea más grande cada día.
Que me deje sostener y cuidar
por cada persona que entrelazas a mi vida
Ellos me muestran tu amor.

CUENTA CONMIGO
Cuenta conmigo, Señor

para cuidar con cariño
y para hacer llegar tu amistad,
a quien hoy pones cerca de mí.

 

“Habéis sido llamados a algo grande”, Juan María

La campana que te llama

Esta historia ocurrió hace muchos años en un lugar remoto, un valle verde y hermoso, atravesado por un río de aguas cristalinas, en el que había muchos pueblecitos repletos de casas con tejados rojos, iglesias y escuelas, pequeñitas, pero entrañables.

En la escuela del pueblo principal había una campana que cada mañana sonaba y llamaba a todos los niños para que fuesen a aprender y a jugar. De cada casa, salían corriendo varios niños que acudían directos al colegio. Los padres y las madres acompañaban a los más pequeños cogiéndolos de la mano, pero, en cuanto estaban cerca, corrían hasta su clase, donde les esperaban los maestros. Así sucedía cada mañana. Volvía a sonar la campana y la escuela se llenaba de alegría y aprendizaje.

Una noche de primavera, cuando la luna apenas alumbraba y tan solo se escuchaba el cantar de los pájaros nocturnos, un sonido familiar despertó a todos los pueblos. Era la campana de la escuela. ¿Por qué sonaba en plena noche? No era hora de ir al colegio…

En todas las casas se encendieron las luces y los vecinos se asomaron a las ventanas. Era de noche, pero en lo alto del valle parecía que estaba amaneciendo. Se podía apreciar una luz brillante y fuerte que crecía por momentos y parecía acercarse al pueblo. Los vecinos, aterrorizados, cogieron a los niños y salieron corriendo.

¿Qué estaba pasando? ¿Lo adivináis? ¡Había un gran incendio! Un fuego enorme se acercaba al pueblo y por eso sonaba la campana de la escuela, para despertar y advertir del peligro a los vecinos.

Apenas tuvieron tiempo de parar el fuego, que avanzó de bosque en bosque hasta llegar a muchas de las casas. Algunos edificios se salvaron, pero, desafortunadamente, el incendio arrasó la escuela y los niños se quedaron sin un lugar en el que aprender y convivir con sus compañeros.

Los adultos estaban muy ocupados recuperando sus pertenencias e intentando arreglar todo lo que el fuego había quemado, pero nadie pensó en reconstruir la escuela. Los niños saltaban entre las ruinas de las casas y las cenizas. Se aburrían de no hacer nada.

Por aquel entonces, el sacerdote de uno de los pueblos, intentando arreglar lo que había quedado de la iglesia, encontró una Biblia. Al ver que apenas podían leerse unas páginas, la tiró a un montón de escombros. Cuando cayó, la Biblia quedó abierta y el sacerdote, por curiosidad, se acercó para ver qué ponía.

Al parecer, hablaba Jesús y decía lo siguiente: “Dejad que los niños se acerquen a mí”.

El sacerdote no le dio mayor importancia y siguió tirando escombros; sin embargo, al volver a casa, casi de noche, se encontró con un grupo de niños que tenían mal aspecto. En ese momento, rescató la frase que había leído. “Dejad que los niños se acerquen a mí”, pensó. “¿Por qué no dedicarme a reparar algo tan necesario y urgente como la escuela?”.

Y así fue. Juntó a varias personas que también vieron esa necesidad de los niños y en poco tiempo volvió a escucharse ese sonido tan familiar: la campana de la escuela.

Una vez que terminaron la reconstrucción de esa escuela, decidieron ayudar en la escuela del pueblo vecino. Y, después, a otro, y a otro…

Y “colorín colorado”… ¡esta historia NO ha acabado!

¿Quién sabe por qué?
¿A quiénes te recuerdan los protagonistas de la historia?

“Dios Sólo llena el alma y la llena toda”. Juan María

Este domingo es el último del Año Litúrgico. Se celebra la fiesta de Jesús, Rey del Universo. El próximo domingo comenzamos en Adviento (la preparación a la Navidad).

Así nos cuenta el Evangelio de la eucaristía de este domingo, lo que Jesús le dice a Pilato:

Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».
(Jn 18)

Las marionetas de este vídeo nos cuentan que sucede cuando Jesús es nuestro rey:

 

Unidos

LOGO HARA

«Mientras ESTEMOS unidos, seremos fuertes». Juan María

HARA MODALIDAD «GESTOS CON VALOR»

Hoy, como cada jueves, os invitamos a comenzar la mañana de la mano de la máxima HARA, una herramienta muy potente para soñar y dar forma a una mejor versión de nosotros mismos.

Con las palabras de hoy, Juan María nos invita a trabajar unidos, como un equipo.
Por ello, la máxima de hoy nos regalará un momento de grupo que nos ayudará a valorar lo importante que es cuidar la unión, esforzarse cada día por estar unidos como clase.

Nos ayudamos de la música:
https://www.youtube.com/watch?v=DIvewN35QT4

Nos levantamos y colocamos en un gran círculo.

Nos cogemos de las manos y cerramos los ojos, concentrados en la música.

A continuación, intentamos hacer un par de respiraciones juntos, en silencio, intentando calmarnos como grupo.

Nos visualizamos y sentimos como un grupo unido en sus diferencias, conectado, con un objetivo común.
(Dejar un ratito…)

Ahora, despacio, abrimos los ojos y, al abrirlos, sin utilizar ninguna palabra, recorremos con nuestra mirada el círculo, observando a cada uno de los compañeros que forman parte de esta clase única e irrepetible.
Si nuestra mirada coincide con alguien, podemos hacer un gesto o sonreír, dando los «buenos días» de una forma más tranquila y especial.

Deshacemos el círculo y nos sentamos de nuevo, listos para dar comienzo a un nuevo día.

Para compartir:
¿Cómo me he sentido?
¿Cómo podemos cuidar los lazos que nos unen como grupo?

 

«¡Cómo deseo que seáis felices!». Juan María

Hoy, los Hermanos y Laicos Menesianos, los profesores, alumnos y familias, seguimos manteniendo vivo el sueño de Juan María y escribiendo la historia de las escuelas que él quería.

Este mes de noviembre estamos recordando palabras de Juan María, intentando acercarnos un poquito más a él.
Sus frases nos ayudan a conocer mejor su forma de ser, sus deseos o sus ideas.
Como dice la máxima de hoy, Juan María deseaba que los alumnos de sus colegios fueran felices.

Las escuelas menesianas nacieron para dar respuesta a las necesidades que Juan María vio en los niños de su época: niños que no iban a la escuela, a los que les rodeaba la pobreza y la violencia.

Hoy celebramos el Día Internacional de los Derechos de la Infancia.
Por eso, hoy tenemos especialmente presentes a todos aquellos niños y niñas que siguen sin poder ir a la escuela, están siendo explotados, son víctimas de guerras o no tienen un hogar en el que poder estar a salvo.

Juan María defendió los derechos de los niños y nosotros, desde nuestros colegios, debemos cuidarlos y asegurarnos de que se cumplan, no dejando a ningún niño o niña atrás.

Este vídeo de UNICEF nos ayudará a entender la importancia de poder aprender, de ir a la escuela:

 

 

“En estas escuelas se forma a la persona entera”. Juan María

Hoy nos unimos en oración alumnos y profesores para dar gracias por el sueño de Juan María, fundador de los Menesianos.
Gracias a él podemos estudiar en este colegio, crecer, prepararnos para ser buenas personas y ayudar a que el mundo sea un poco mejor…

Vamos a hacer juntos esta ORACIÓN: “Gracias, Jesús”

Gracias, Jesús
porque me has dado la capacidad
y el deseo de aprender.

Ayúdame a entrenar
mi voluntad y mi inteligencia,
mis ganas de aprender,
y mis deseos de ser mejor.

Gracias, Jesús
por las destrezas que me has regalado
para formarme bien
y así poder servir mejor cuando sea mayor.

Cuenta conmigo, Jesús,
para ayudar a que otros puedan aprender mejor.
Cuenta conmigo para hacer que este mundo
sea un poco mejor…
más justo, más solidario, con más paz.

Aquí estoy, Jesús.
¡Cuenta conmigo!

 

«Sembrad buenas ideas, dadles tiempo y cuidadlas». Juan María

El COMPROMISO no es tarea de un día, sino que se demuestra todos los días mediante la constancia, el esfuerzo y la dedicación.

Si nos implicamos en casa, con nuestra familia, lo hacemos mediante rutinas o hábitos diarios.
Si apreciamos a nuestros amigos, procuramos demostrárselo cada día.
Si nos preocupan nuestros estudios, trabajamos y nos esforzamos diariamente.
Si practicamos un deporte, entrenamos con constancia.

¿Qué pasaría en cualquiera de estas situaciones si no dedicarais tiempo y esfuerzo diarios?
Hoy os invitamos a descubrir un cuento que habla de la importancia de ser constante y paciente, de dedicar tiempo y cuidado diario a lo que nos importa

LOS POZOS

Un hombre acababa de comprar un terreno en el que le aseguraron que había mucha agua subterránea. En cuanto consiguió todas las herramientas necesarias se puso a cavar un pozo para ver si la encontraba.

Estuvo trabajando durante todo el día e hizo un agujero de más de cinco metros de profundidad, pero no consiguió encontrar agua. Cansado y decepcionado, pensó que igual se había equivocado de lugar, así que decidió volver a intentarlo unos metros más a la izquierda al día siguiente.

Y así fue, a la mañana siguiente volvió de nuevo a su terreno y empezó a cavar y a cavar en un lugar distinto, pero cuando ya llevaba unos cinco metros de profundidad se desesperó al ver que tampoco salía agua. Fue en ese momento cuando comenzó a pensar que le habían engañado, que en aquel terreno no había agua. Aun así, decidió volver a intentarlo al día siguiente.

En esta ocasión se alejó bastante de los primeros agujeros, y probó suerte justo en uno de los extremos del terreno. Estuvo cavando toda la mañana. Esta vez llegó a los cinco metros y continuó uno más, pero nada, no había agua.

Fueron pasando los días y estuvo probando lo mismo durante casi un mes, pero finalmente decidió abandonar.
– ¡Me han engañado! -se lamentaba-. Aquí no hay agua ni nada, he sido víctima de una estafa.

Tras pensarlo durante unos días tomó la decisión de vender el terreno.

Después de un año, volvió de nuevo por el lugar para comprobar cómo le iba a la persona a la que había vendido la tierra, y se sorprendió al ver a un hombre sacando agua de un precioso pozo que había construido junto a una pequeña cabaña.

– Vaya -le dijo al nuevo propietario-, al final conseguiste sacar agua. No me imagino la de pozos que habrás tenido que hacer para encontrarla, porque yo probé con más de diez agujeros y nada de nada. ¡Y eso que cada agujero era de cinco o seis metros!

– Bueno, en realidad, yo solo hice un agujero.

– ¿Qué? ¡¿Cómo es posible?!

– Lo que pasa es que yo continué cavando siempre en el mismo lugar, y cuando llegué a los diez metros de profundidad encontré el agua.

Para compartir:
Si fueras el protagonista de la historia, ¿qué habrías hecho tú?
¿Qué podemos aprender de esta historia?